Colombia lleva más de un mes registrando protestas que rechazan medidas económicas de Iván Duque. (Foto: EFE)
Colombia lleva más de un mes registrando protestas que rechazan medidas económicas de Iván Duque. (Foto: EFE)
Francisco Sanz Gutiérrez

La politóloga colombiana y catedrática de la Universidad del Rosario (Bogotá) Arlene Tickner cree que hoy es exagerado hablar de que no pueda completar el período para el cual fue elegido, pero sí observa un horizonte complicado para un gobierno sin un apoyo sólido en el Congreso y muy dependiente del uribismo, mientras se entrampa en medidas que no atienden del todo las exigencias ciudadanas.

— El gobierno de Duque está por llegar al año y medio de gestión. ¿Cómo ve el panorama para el 2020?

Veo un panorama complejo para el gobierno, no sé si igual o más que el actual. Las protestas que empezaron hace poco más de un mes han confirmado dos cosas: el descontento profundo de amplios sectores de la población y la impopularidad del régimen. Y no hay indicios de que ninguno de los dos factores vayan a remediarse en el futuro inmediato. Las señales que ha dado el gobierno frente a las protestas no convencen ni auguran un proceso genuino de diálogo.

— ¿Qué malas señales son esas? ¿A cuáles se refiere?

A ver, pese a que el gobierno invitó a unas conversaciones -y me parece importante recalcar que nunca habló de diálogo o de negociación, sino de conversación-, hay un consenso generalizado de que no se han escuchado ni asimilado las distintas fuentes de descontento verbalizadas en las manifestaciones. Se ha aprobado una reforma tributaria que no satisface, por ejemplo, muchos de los reclamos.

— ¿Hay incapacidad de escuchar en el gobierno?

Como anécdota le cuento que la ministra del Interior [Nancy Patricia Gutiérrez] publicó mensajes en su cuenta de Twitter bajo el hashtag #NoPudieron o #NoVanaPoder, con esas exclamaciones creo que no se acercan posturas y más bien se da una señal de desinterés para escuchar.

— Uno de las trece exigencias de quienes protestan contra el régimen es el desmontaje del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), el cuerpo policial al que se acusa de la muerte de Dilan Cruz…

En términos de seguridad ciudadana hay otra muestra. No se ha prometido aún una discusión sobre la violencia policial excesiva del Esmad, sino que incluso se habla del despliegue de más fuerzas policiales y antimotines en las calles.

Desde el pasado 21 de noviembre se han registrado protestas en Colombia desde distintos sectores de la sociedad. Entre las varias reivindicaciones está la mejora salarial. (Foto: AFP)
Desde el pasado 21 de noviembre se han registrado protestas en Colombia desde distintos sectores de la sociedad. Entre las varias reivindicaciones está la mejora salarial. (Foto: AFP)
/ JOAQUIN SARMIENTO

— ¿Pero pedir el desmontaje o la desaparición de esta fuerza policial no es excesivo?

Puede ser, es verdad que muchos sectores lo piden, pero como mínimo uno esperaría una discusión amplia sobre los excesos cometidos. Pues no, el gobierno va en sentido contrario. Es una sumatoria de gestos, pronunciamientos y actos que confirman la falta de voluntad política para entrar en un diálogo genuino.

— El tema del acuerdo de paz con las FARC es otro punto de discusión que no encuentra salida.

Algunos sectores tienen a la implementación de los acuerdos con las FARC a la cabeza de la lista de agravios. Digamos que el gobierno de Duque, desde que tomó posesión, ha sido lento por no decir intencionalmente contrario a la implementación de los acuerdos de La Habana. Esto también hace presagiar la continuación de las protestas en una u otra forma.

— ¿Se puede llegar en Colombia al grado de violencia observado en las protestas en Chile?

Decir que en las protestas en Colombia no ha habido un nivel similar de violencia al de Chile es un simplismo. Si bien las protestas como tales no han provocado tantas muertes, a diario en Colombia mueren defensores de los derechos de las víctimas de la violencia, activistas de derechos humanos, líderes indígenas y desmovilizados de las FARC. Estamos frente a un grado muy alto de violencia, no siempre perpetrada por las fuerzas de seguridad.

La mayoría de las protestas en Colombia han sido pacíficas, aunque en ciudades como Bogotá y Cali se han dado algunos incidentes entre los manifestantes y la policía. (Foto: Reuters)
La mayoría de las protestas en Colombia han sido pacíficas, aunque en ciudades como Bogotá y Cali se han dado algunos incidentes entre los manifestantes y la policía. (Foto: Reuters)
/ LUISA GONZALEZ

— La interrogante iba más por el lado de que Colombia no tiene una tradición acendrada de protestas sociales callejeras, como sí otros países de la región…

Eso es cierto. Y por eso en algún momento de las protestas hubo la sensación de que estábamos llegando a una especie de precipicio institucional frente al cual el gobierno tal vez no lograría mantenerse. Tal vez esa sea una impresión exagerada, pero recordemos que estamos ante un gobierno altamente impopular con niveles de aceptación históricamente bajos y ante un presidente cuya capacidad, preparación y autoridad para ejercer el puesto han sido puestas en cuestión prácticamente desde la toma de posesión.

— ¿Siempre bajo la sombra de Álvaro Uribe?

Así es, existe la sensación de que Duque fue elegido porque el expresidente Álvaro Uribe así lo quiso, que la mayoría de sus votos provinieron del uribismo. Este casi año y medio en la presidencia ha confirmado las sospechas.

— ¿Y todo ello no pone en riesgo que cumpla el período para el cual ha sido elegido?

Es difícil que ocurra, pero no del todo imposible. Esa eventualidad dependería de la continuación e intensificación de las protestas. Por ahora, el gobierno está apostando a que el descontento amaine por las vacaciones de Navidad y Año Nuevo, y que luego retomemos un paisaje de normalidad. Vamos a ver qué ocurre con las protestas.

— ¿La falta de una sólida coalición de apoyo al gobierno en el Congreso también atenta contra Duque?

Sin duda que eso cuenta, Duque no está siendo respaldado en este momento por otros partidos, carece de apoyo parlamentario. Otro factor por rastrear es el apoyo de Uribe y de su partido Centro Democrático. En algunos puntos ya se observa un distanciamiento con el mandatario. En términos de gobierno, eso pondrá las cosas mucho más difíciles para Duque.

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