La vicepresidenta electa de Colombia, Francia Márquez, habla durante un acto en la vicepresidencia en La Paz (Bolivia). EFE
La vicepresidenta electa de Colombia, Francia Márquez, habla durante un acto en la vicepresidencia en La Paz (Bolivia). EFE
/ Martin Alipaz
Redacción EC

Mañana, cuando tome posesión del cargo de presidente de , se materializará un nuevo hito. No solo empezará la gestión del primer mandatario de izquierda en gobernar la nación; al mismo tiempo, se convertirá en la primera vicepresidenta afrocolombiana.

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En ella se convergen distintas luchas que la han convertido en la favorita de millones de colombianos. Márquez, quien trabajó como empelada doméstica, es madre soltera y feminista, un combo que llamó la atención del electorado colombiano.

“¡Llegó el momento de ir de la resistencia al poder!”, gritó en Cali durante la campaña.

Por su trascendencia en la historia de Colombia, aquí recordamos cuál es su historia.

Los inicios

La primera vicepresidenta de Colombia fue Marta Lucía Ramírez, quien mañana dejará el cargo. En su reemplazo asumirá Francia Márquez, una mujer de 40 años que habla sobre la discriminación del sistema en contra de los afrodescendientes como ella. Los derechos sexuales también están en su agenda.

De hecho, tal como lo anotó la BBC, se espera que ella lidere el Ministerio de la Igualdad, que sería creado en la gestión de Petro.

¿Cómo es que llegó a dónde está ahora?

Márquez es de la Toma, al norte del Cauca, una zona conocida por las minas de oro artesanales e ilegales y el terrible paso del conflicto armado. A los 16 años, se en madre soltera y, a punta de trabajo y sacrificio, se formó en técnica agropecuaria y estudió derecho.

Fue su trabajo como minera el que la hizo destacarse.

Cuando ella tuvo 15 años, el Gobierno intentó desviar el cauce del río Ovejas, donde ella y sus vecinos trabajaban, para beneficiar a grandes empresas que ya tenían títulos de propiedad. Márquez movilizó a la comunidad y logró que el Estado retrocediera.

Somos descendientes de esclavos africanos. Vivimos de la minería artesanal y la agricultura”, .

Foto de archivo. La candidata a la vicepresidencia de Colombia por la coalición Pacto Histórico, Francia Márquez, emite su voto en una mesa electoral en Suárez, departamento de Cauca, Colombia, durante las elecciones presidenciales.
Foto de archivo. La candidata a la vicepresidencia de Colombia por la coalición Pacto Histórico, Francia Márquez, emite su voto en una mesa electoral en Suárez, departamento de Cauca, Colombia, durante las elecciones presidenciales.
/ Raúl ARBOLEDA / AFP

Más tarde confesaría que esa fue la primera vez que escuchó que ella y los suyos tenían derechos. “Derechos colectivos a definir en términos de lo que queríamos para nuestro territorio y lo que queríamos en términos de nuestro desarrollo”, .

La lucha, sin embargo, no terminó.

En el 2009, el Estado acusó a su comunidad del delito de ser “perturbadora de mala fe”; es decir, pasaron de “ser poseedores ancestrales de un territorio a ser criminales”.

Márquez entendió que, para defenderse del abuso, tenía que estudiar derecho y así lo hizo.

Claro que necesitó de ayuda de otras organizaciones que, felizmente, se sumaron a la causa. El resultado: la Corte Constitucional reconoció que se trataba de un territorio ancestral y suspendió cualquier obra que los pusiera en peligro.

Camino a la capital

Ese no fue el final, sobre todo cuando Francia Márquez empezó a recibir amenazas. El enemigo ya no era el Estado sino los mineros ilegales y algunos paramilitares.

El agua que consumimos de esos ríos está envenenada y no tenemos forma de tratarla [...]. Significa que no sabemos cuánto mercurio tenemos en la sangre donde ni siquiera tenemos acceso a una salud adecuada. Significa que la comida que nosotros vamos a estar produciendo en la comunidad también va a estar contaminada”.

Márquez propuso marchar hacia Bogotá y convenció a varias mujeres a reclamar por sus derechos en la misma capital. Luego de caminar 350 kilómetros en diez días, 130 mujeres y jóvenes llegaron.

La protesta duró 22 días.

Nos declararon que éramos una amenaza para la seguridad nacional. Les dijimos al gobierno que si ellos no nos protegían nuestra casa nos íbamos a quedar ahí y que si nos moríamos que fuera en la cara de todo el mundo”.

La BBC recuerda:

Como resultado directo de las iniciativas de Márquez, las operaciones de minería ilegal en La Toma cesaron. El gobierno creó un cuerpo especial para investigar la minería ilegal. Para el final de 2016, toda la maquinaria alrededor del río Ovejas fue físicamente retirada o destruida por las fuerzas de seguridad de Colombia”.

Francia Márquez se había convertido en una lideresa.

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