Una pareja se encuentra en la entrada del club nocturno Kiss, donde 242 personas murieron quemadas en un incendio en 2013 en la ciudad de Santa María, Brasil.
Una pareja se encuentra en la entrada del club nocturno Kiss, donde 242 personas murieron quemadas en un incendio en 2013 en la ciudad de Santa María, Brasil.
/ SILVIO AVILA / AFP
Agencia EFE

La ciudad de Santa María, en el sur del país, recordó este jueves el trágico incendio en el que murieron hace diez años 242 personas, en su mayoría jóvenes, y cuyas familias y sobrevivientes aún claman por justicia.

“Son diez años marcados por mucha lucha por justicia, que debería ser un servicio prestado a la sociedad y no solamente a nosotros”, declaró a EFE Gabriel Barros, presidente de la Asociación de los Familiares y Víctimas Sobrevivientes de la Tragedia de Santa María (AVTSM).

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En la madrugada del 27 de enero de 2013, un incendio en la discoteca Kiss causó la muerte de 242 personas e hirió a otras 636, un suceso cuya responsabilidad aún no ha sido establecida por la Justicia y diez años después permanece impune.

En agosto pasado, por dos votos contra uno, la Justicia regional argumentando irregularidades durante el proceso, algunas de ellas relacionadas con la elección del jurado, anuló el juicio de diciembre de 2021, por el cual fueron condenadas cuatro personas.

Una pareja se encuentra en la entrada del club nocturno Kiss, donde 242 personas murieron quemadas en un incendio en 2013 en la ciudad de Santa María, Brasil.
Una pareja se encuentra en la entrada del club nocturno Kiss, donde 242 personas murieron quemadas en un incendio en 2013 en la ciudad de Santa María, Brasil.
/ SILVIO AVILA / AFP

Los condenados fueron los socios de la discoteca, Elissandro Spohr y Mauro Hoffmann, así como Marcelo de Jesus dos Santos y Luciano Bonilha Leão, cantante y asistente respectivamente del grupo Gurizada Fandangueira que realizó una presentación esa noche en la discoteca.

Antes de ser anulado el juicio, los implicados habían recibido penas de entre 18 y 22 años de prisión por parte de un jurado, compuesto por siete miembros, que los halló culpables de los delitos de homicidio e intento de homicidio doloso por su responsabilidad en el incendio.

“Es nuestro derecho que haya un responsable por todo lo que pasó. Esta impunidad en estos diez años, además de ser absurda por la falta de respuesta, nos hiere cotidianamente porque nos impide dar sentido y dimensionar todo lo que pasó”, dijo Barros, también sobreviviente.

Entre las víctimas, la mayoría universitarios, 134 eran estudiantes de la Universidad Federal de Santa María, donde Barros, graduado en psicología, cursa un doctorado en Disturbios de la Comunicación Humana.

“Muchas personas siguen enfermas, sufriendo tanto diariamente, y por eso se torna cada vez más urgente la lucha por justicia. Debemos marcar estos años para continuar incesantemente por la justicia y por la memoria para que nunca se repita esto”, subrayó Barros.

Para Carina Adriane Corrêa, madre de una de las víctimas, Thanise Corrêa Garcia, entonces con 18 años, los diez años pasaron “de ayer para hoy”, pero se “arrastraron para que no hubiera justicia”.

“Se esperaron nueve años para que hubiera un juicio y solo nueve meses para que fuera anulado todo el proceso y eso es bastante frustrante y agonizante para nosotros como padres, porque no vamos a tener sosiego hasta que no haya justicia”, dijo a EFE la madre.

Corrêa consideró que sin justicia “la herida no fecha” y por eso, todos los días, espera todavía a su hija “llegar de la universidad”.

No hay peruanos entre las víctimas del incendio en la discoteca brasileña Kiss. (Foto: Oglobo.globo.com)
No hay peruanos entre las víctimas del incendio en la discoteca brasileña Kiss. (Foto: Oglobo.globo.com)

Este jueves, los habitantes de Santa María, uno de los polos universitarios de Río Grande do Sul, estado fronterizo con Argentina y Uruguay, rendían homenaje a las víctimas en la plaza central del municipio, pero sin algarabía ni protestas.

Algunos curiosos y turistas pasaban frente a la discoteca, cerrada desde la tragedia, pero sin dejar flores en el lugar y concentrando sus homenajes solo en la plaza al lado de familiares y sobrevivientes.

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