Nicolás Maduro y el máximo jefe de las Fuerzas Armadas, Vladimir Padrino López. (AFP).
Nicolás Maduro y el máximo jefe de las Fuerzas Armadas, Vladimir Padrino López. (AFP).
Juan Francisco Alonso

El férreo control que el chavismo ejerce sobre la Fuerza Armada Nacional (FAN) de parece estarse resquebrajando. La semana pasada, el presidente anunció que los servicios de inteligencia desarticularon una nueva conspiración en su contra y comenzó a exigir a los militares “máxima lealtad” mediante un documento que deben firmar.

“Hemos desmantelado un atentado golpista contra la democracia y la estabilidad de nuestra patria. Se trata de un intento de utilizar a un grupo de oficiales de la aviación militar para causar un hecho violento, un atentado, un ataque”, soltó el mandatario en un acto con uniformados celebrado apenas cinco días después de los cuestionados comicios en los que fue reelegido el 20 de mayo.

El que Maduro no ofreciera muchos más detalles hizo que no pocos creyeran que esta denuncia fuera otro de los numerosos complots que las autoridades han denunciado a lo largo de los años y sobre los cuales no han presentado evidencias creíbles. Sin embargo, esto comenzó a cambiar cuando organizaciones como el Foro Penal Venezolano aseguraron que nueve uniformados y dos civiles fueron aprehendidos.

Entre los arrestados figura el general Nelson Morales Guitián, quien el año pasado se dio a conocer nacionalmente al ser removido por el jefe de la Guardia Nacional (policía militarizada) en el estado Carabobo, en el centro del país, luego de negarse a enviar a sus subalternos a reprimir las manifestaciones opositoras que sacudieron a buena parte de la nación. El general fue interrogado durante varias horas en la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM).

Estas detenciones se suman a otras ocurridas en marzo, cuando el mandatario también expulsó a 24 uniformados que en los últimos años cuestionaron su gestión. Otros han huido del país para colaborar con las autoridades de Estados Unidos en investigaciones contra jerarcas chavistas. Es el caso del capitán Leamsy Salazar, quien fue escolta del ex presidente del Parlamento Diosdado Cabello.

— Arrestos masivos —

Esta situación ha causado que expertos y militares retirados aseveren que Maduro ve hoy con recelo al cuerpo castrense, uno de sus principales soportes junto al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

“La frecuencia con la que se vienen produciendo las detenciones de militares, y que ahora ya no solo sean retirados sino activos, y algunos en posiciones importantes, revela que hay una situación en desarrollo”, afirmó el politólogo Luis Salamanca, a quien esto no le sorprende. “Cerradas las vías institucionales y electorales para que se dé un cambio político, y frente a la grave crisis que vive el país, de la cual ya no escapan los militares, es normal que haya quienes comiencen a buscar otras salidas de facto o de fuerza”, agregó.

Para Salamanca, otro elemento que le permite asegurar que algo se está moviendo en los cuarteles es la cantidad de aprehensiones que se han registrado. Según organizaciones, como Control Ciudadano para la Seguridad y la Fuerza Armada, se han dado 200 detenciones de militares solo en el 2018.

“En 1992, cuando ocurrió el golpe que encabezó Hugo Chávez, fueron detenidos 400 oficiales. Ahora, sin que se haya producido ninguna insurrección, hay 200”, apuntó. No obstante, aclaró que el descontento no implica necesariamente que se vaya a producir un alzamiento.

En similares términos se pronunció el periodista Javier Mayorca, quien se ha especializado en estudiar el mundo castrense: “La situación en la FAN no está controlada. En los últimos tres años se han dado tres movimientos, pero todos fueron abortados por los servicios de inteligencia antes de que llegaran a materializarse. Sin embargo, esto revela que hay descontento y gente buscando externalizarlo. El último movimiento lo encabezó la promoción del ejército de 1999, la primera que graduó Hugo Chávez. Esto es algo revelador”.

— ¿Insurrección? —

Un oficial retirado, quien pidió que no se revelara su identidad por temor a terminar tras las rejas, admitió que el descontento crece en los cuarteles, en particular por la crisis. “Las condiciones son infrahumanas. Hay oficiales a los que les dan de comer pasta sin salsa, ni nada, mientras que la tropa ni siquiera eso”, apuntó, al tiempo que atribuyó a esto la cantidad de deserciones que se han producido, que algunos calculan en más de mil solo en la Guardia Nacional.

Sin embargo, el uniformado admitió que las posibilidades de que se produzca una asonada en el futuro inmediato son escasas debido, fundamentalmente, a la falta de coordinación entre los potenciales complotados y a las medidas adoptadas por el gobierno: “Las detenciones, tratos vejatorios y hasta torturas están enviando un mensaje internamente de hasta dónde está dispuesto a llegar [Maduro] para mantenerse en el poder”.

“Maduro sabe que su amenaza real está en la Fuerza Armada”
Rocío San Miguel
Abogada experta en temas militares. Directora de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad y la Fuerza Armada

¿Hay una cacería de brujas dentro de la Fuerza Armada?
A lo largo del 2018 se han producido detenciones de militares, las cuales son realizadas de manera general, afectando a sargentos, primeros tenientes, soldados y cadetes. Esto ha sido un patrón, pero ha cambiado desde marzo, cuando comenzaron a producirse detenciones de los comandantes de batallón, una situación sin precedentes en la historia del chavismo, dado el poder de fuego y de tropa que manejan estos. Calculamos que en el 2018 se han producido unas 200 detenciones de militares en Venezuela, el 90% de ellas de oficiales de bajo rango.

¿El gobierno teme una insurrección? ¿Es posible que ocurra?
El gobierno siente peligro en el ámbito militar, pero hasta ahora tiene el respaldo del alto mando y por ello no podemos hablar de que es inminente una insurrección, pero es un terreno árido para él. Por eso, desde su asunción, Maduro aplica cortafuegos, porque sabe que la única amenaza real que tiene está en la Fuerza Armada, no en la oposición ni en Estados Unidos.

¿La crisis que sufre el país ya ha golpeado a los militares y por eso el descontento?
La Fuerza Armada Nacional está fuertemente impactada por la crisis, pero el problema es que solo el 3% de ella detenta poder de fuego y tropa.

Durante años se ha sostenido que los militares respaldan al gobierno por los incentivos o beneficios que obtienen. ¿Esos incentivos se mantienen o ya no tienen el mismo impacto que antes?
Los incentivos a la lealtad (designaciones en cargos de comando o donde se maneja presupuesto) se mantienen. Venezuela es un país que controla recursos formales y legales, pero también maneja recursos ilegales de una enorme magnitud (corrupción, contrabando de materiales preciosos o narcotráfico) donde lamentablemente están insertos cuadros militares.

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