El narcotraficante hondureño Juan Ramón Matta, quien fue capturado en Tegucigalpa el 5 de abril de 1988 y llevado a Estados Unidos, donde cumple cadena perpetua.
El narcotraficante hondureño Juan Ramón Matta, quien fue capturado en Tegucigalpa el 5 de abril de 1988 y llevado a Estados Unidos, donde cumple cadena perpetua.
/ Archivo del diario Proceso Digital de Honduras
Agencia EFE

El narcotraficante Juan Ramón Matta, quien fue capturado en Tegucigalpa el 5 de abril de 1988 y llevado a Estados Unidos, donde cumple cadena perpetua, le solicitó este martes ayuda a la presidenta de Honduras, , para poder regresar a su país.

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En una carta difundida por medios locales de prensa, Matta recuerda que “este 5 de abril se cumplen 34 años” de su “secuestro y entrega a los Estados Unidos de Norteamérica, en abierta y flagrante violación de nuestra Carta Magna, ya que en ese momento no existía la extradición” en el país”.

“Hoy tengo 77 años de edad, he perdido la visión de un ojo por glaucoma, soy usuario de oxígeno permanente. Tengo problemas en la columna y rodillas, lo cual me obliga al uso de andador para poder desplazarme. He perdido casi toda mi dentadura. Sumado a esto presento un deterioro general de salud inherente a mi edad”, subraya el mensaje de Matta a Castro.

La orden para que Matta fuera llevado a Estados Unidos en 1988 la dio el entonces presidente hondureño, José Azcona, quien en su momento adujo que el narcotraficante representaba una amenaza que sería difícil de controlar para las autoridades hondureñas.

Elementos de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) participaron en la captura de Matta, quien había regresado a su país después de fugarse de una cárcel en Colombia, donde había sido detenido en 1986.

Según la misiva de Matta, a la presidenta Castro también le envió informes y exámenes médicos para que le sea aplicado el Tratado de Estrasburgo, del que Honduras es signatario.

En su opinión, tiene “derecho a acceder” a ese mecanismo, por su avanzada edad, el tiempo transcurrido en prisión y su deteriorada salud.

“Si Honduras me apoya, el hacerme beneficiario de este tratado me permitiría retornar a mi país y terminar mi vida de manera digna, al lado de mis hijos y nietos, tal como todo ser humano merece”, subraya su petición.

Matta indicó además que en Honduras fue despojado de sus “derechos más elementales” y que al ser llevado a Estados Unidos no tuvo acompañamiento consular durante los juicios.

Solamente durante el Gobierno de Manuel Zelaya (2006-2009) “llegó una funcionaria consular a interesarse por mi estado dentro de la prisión y a cerciorarse de que se me respetaran mis derechos humanos, señala Matta en su carta.

Durante mucho tiempo a Matta se le vinculó con el asesinato en México, en 1985, del exagente de la DEA Enrique Camarena, lo que en 2018 fue desvirtuado y la justicia estadounidense le retiró los cargos por ese crimen.

En agosto de 2017, un hijo de Juan Ramón Matta, del mismo nombre, se entregó a las autoridades de Estados Unidos, acusado de los delitos de conspiración para el tráfico de drogas a ese país, según versiones de prensa difundidas entonces en Tegucigalpa.

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