En su último informe sobre el tema, el secretario general de la ONU Antonio Guterres estableció la lista de las ocho zonas sobre las que tiene influencia el Estado Islámico. (AFP)
En su último informe sobre el tema, el secretario general de la ONU Antonio Guterres estableció la lista de las ocho zonas sobre las que tiene influencia el Estado Islámico. (AFP)
Redacción EC

Aunque el grupo yihadista  perdió en su último reducto en , todavía puede contar en el mundo con varias filiales y "provincias", como las califica, para perpetuar su ideología y su combate.

En su último informe sobre el tema, publicado en febrero, el secretario general de la ONU Antonio Guterres estableció la lista de las ocho zonas de influencia, además de las células clandestinas creadas en Siria y en Irak, donde la organización yihadista más temida en el mundo todavía está activa y podría seguir así en el futuro próximo.



"Aunque el Estado Islámico se haya transformado en una red clandestina, incluida en Siria y en Irak, sigue siendo una amenaza como organización global dotada de una dirección centralizada", estimó el secretario general en su informe, el octavo que elabora sobre este asunto.

En Yemen, el Estado Islámico sigue presente en la provincia de Jawf, pero se ha debilitado a raíz de los combates con la filial local de otro gran grupo yihadista como lo es Al Qaeda, en la provincia de Bayda en julio 2018. "El Estado Islámico todavía tiene campamentos móviles y un número de combatientes en disminución en todo el país", estimó la ONU.

En Libia, "el Estado Islámico continúa constituyendo una amenaza", estima Guterres. "Sus combatientes están activos en la costa mediterránea, entre Ajdabiya y Trípoli, así como en el gran sur". Con regularidad ejecutan ataques contra puestos de la policía con el fin de quedarse con las armas.

En Egipto, el grupo afiliado al Estado Islámico, que ha sido leal al "califato" autoproclamado Abu Bakr al Baghdadi en noviembre 2104, sigue activo. Este grupo, Ansar Bayt al Maqdis, con base en el desierto del Sinaí, no ha visto disminuir el número de sus combatientes en 2018 a pesar de las constantes operaciones en su contra por el ejército egipcio.

En África, en la región del Sahel, dos grupos son fieles al Estado Islámico y siguen activos, según la ONU. "El Estado Islámico en el gran Sahara", comandado por Adnan Abu Walid al Sahraui, cuenta con entre 100 y 200 combatientes en el centro norte de Mali.

En la región del lago Chad, donde se encuentras las fronteras del Chad, Níger y Nigeria, el Grupo Islámico de África del Oeste (ISWAP, según las siglas en inglés), una facción del grupo Boko Haram, cuenta según la ONU con entre 1.500 a 3.500 yihadistas bajo la dirección de Abu Musab al-Barnawi.

En Somalia, el movimiento yihadista está dominado por el grupo de los shebab, afiliados a Al Qaeda, pero un grupo asociado al Estado Islámico "coexiste con ellos", desde mediados de 2018, estima la ONU. Este grupo se especializó en los asesinatos de funcionarios y hombres de negocios. En la región vecina de Puntland, los combatientes del Estado Islámico se mantienen activos en las regiones de Qandala y de Bossasso, donde instalaron campos de entrenamiento y almacenamiento de armas, proveniente esencialmente del vecino Yemen.

En Afganistán, el grupo yihadista afiliado al Estado Islámico cuenta con entre 2.500 a 4.000 hombres, en las provincias orientales de Nangarhar, Nuristán y Laghman. "El Estado Islámico dispone de campos de entrenamiento en Afganistán y creó una red de células clandestinas en varias ciudades afganas, incluido Kabul", precisa la ONU.

En Asia Central, "el Estado Islámico busca ampliar sus actividades", estima el informe de la ONU, que mencionó el asesinato en julio de 2018 de cuatro turistas extranjeros que viajaban en bicicleta en Tayikistán.

En Indonesia, el grupo asociado al Estado Islámico, Jamaah Ansharut Daulah, realizó una serie de ataques organizados a la par por yihadistas que regresaron de la zona siria-iraquí y por "viajeros frustrados" a quienes se les impidió viajar y pasaron a la acción en sus territorios.

A estas zonas de influencia se suman, según advierte el Secretario General de la ONU, los miles de veteranos de la yihad iraquí-siria que lograron regresar a sus países de origen y algunos pudieron hacerlo sin ser detectados. Otros han sido juzgados, encarcelados, pero finalmente serán liberados un día y podrían continuar representando una amenaza.

Fuente: AFP  

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