Renzo Giner Vásquez

Un grupo de 15 peruanos y 21 venezolanos residentes en nuestro país han quedado varados en Venezuela tras decretarse el cierre de fronteras como medida para frenar el avance del en el país, según testimonios que pudo recoger El Comercio.

La mayoría de nuestros compatriotas se encuentra en la ciudad de Valencia, estado de Carabobo, y aseguran que no han recibido apoyo de parte de las autoridades peruanas en ese país.

Yo llegué el 15 de marzo a Venezuela, vine por mi padre, de 70 años e hipertenso, para poder regresar con él al Perú, pero al día siguiente de mi llegada acá se cerraron las fronteras. Ahora hemos quedado aquí y el poco dinero que hemos podido guardar lo estamos cuidando para un eventual pasaje de regreso”, cuenta Fanny Alegre, con nacionalidades peruana y venezolana que se encuentra en Valencia.

Alegre asegura que hace tres semanas envió un correo al consulado peruano en Caracas solicitando información sobre las medidas que debía adoptar pero aún no ha recibido respuesta.

Ahora, con un grupo de personas que estamos en la misma situación, estamos viendo cómo podemos volver. Yo necesito volver, mis hijos son menores de edad y viven allá (en el Perú)”, explica a este Diario.

El grupo al que hace referencia Alegre está conformado por 36 personas, entre peruanos y venezolanos residentes en nuestro país, que intercambian la poca información que consiguen sobre las posibilidades de retornar al Perú.

Entre ellos se encuentra Fabiola Guzmán, madre de una niña de 5 meses que se quedó en Lima junto a su padre cuando ella tuvo que viajar para ver a su madre, en la ciudad de Cumaná.

Llegué el 9 de marzo y debía retornar el 22. Pero quedé varada acá. Mi madre tenía una urgencia médica y ella falleció el 4 de abril. La aerolínea Estelar, en la que viaje, ha venido reprogramando mi vuelo de retorno pero nos dicen que recién cuando se levante la cuarentena verán cuándo volvemos y eso si en el Perú nos dejan aterrizar”, explica Guzmán a El Comercio. “Desde el consulado nos han dicho que en caso llegue a haber un vuelo humanitario, este tendría un costo de US$1.900, es imposible para mi pagar esa cantidad de dinero”.

Guzmán asegura que la oficina diplomática peruana no le ha ofrecido ayuda para conseguir alojamiento ni le ha destinado alguna partida de dinero para que se pueda alimentar. “Lo único que nos han dicho es que nos empadronemos, que ellos esperan una notificación de Lima y hasta que no llegue no podrán hacer nada”, añade.

Situación similar es por la que atraviesa Renzo Bedoya, a quien hace 11 años le diagnosticaron una cardiopatía que requiere de medicación diaria. Él llegó a Maiquetia el 5 de marzo para ver a sus hijas y planeaba retornar al Perú el 17.

Ahora, Bedoya está buscando la forma de poder regresar para reunirse con su madre, de 77 años, a quien cuida.

Por acá ya no hay transporte urbano, muy pocos negocios abiertos y los pocos que hay son de comida. Aún se consiguen productos básicos, pero a un precio muy elevado. ¿Combustible? Nada, las estaciones no tienen desde hace varios días”, explica Bedoya a este Diario. “Me he empadronado en el consulado pero no se han comunicado conmigo. Lo último que escuché es que al parecer habrá un vuelo de Bogotá y el grupo quiere llegar hasta allá para ver si los pueden incluir. Pero es una decisión difícil, porque habría que pasar la frontera y no sabemos qué garantías nos dan las autoridades peruanas para hacer el viaje”.

ZONA GRIS

La crisis social, política y económica que atraviesa Venezuela desde hace al menos un lustro ha obligado a que más de 4 millones de personas deban migrar de ese país en los últimos años, según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) publicados en el 2019.

De este grupo, al menos 1′569.665 llegaron al Perú y 813.114 de ellos se establecieron en nuestro país, según datos difundidos en noviembre por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Algunos de estos migrantes establecidos en nuestro país que se encontraban de viaje en Venezuela también se han visto afectados por el cierre de fronteras.

Tal es el caso de Karent Carrillo, una joven que llegó a la ciudad de Valencia el 18 de febrero. Carrillo vive y trabaja desde hace dos años en Lima, pero se vio obligada a viajar a su país natal tras enterarse de que a su abuela le habían detectado cáncer de páncreas.

No me habría perdonado si no venía a despedirme en caso de que ella muera”, cuenta a El Comercio. “Debía retornar el 8 de abril, pero con todo lo que pasó me cancelaron el vuelo. En mi caso vine con el dinero justo para esos días, ahora no sé qué hacer con todo paralizado. Estoy quedándome en las casas de los pocos amigos que aún viven acá. Toda mi familia tuvo que emigrar y mi mamá falleció el año pasado, no tengo a nadie más”.

Carrillo obtuvo en enero su carné de extranjería y su pasaporte tiene vigencia hasta noviembre de este año. Su trabajo, su casa y su pareja viven acá, sin embargo a la incertidumbre por la que atraviesan todos los varados en el extranjero ella suma que no sabe si podrá ser incluida en un eventual vuelo de repatriación.

Mandé un correo al consulado peruano en Puerto Ordaz y les expuse mi caso. Me dijeron que todavía no habían evaluado la posibilidad de un vuelo humanitario y de hacerlo no sería para residentes, solo para peruanos”, asegura a este Diario.

Además de Carrillo, El Comercio tuvo conocimiento de 20 venezolanos residentes en nuestro país que han quedado en la misma situación.

Este Diario intentó comunicarse en repetidas oportunidades con el consulado peruano en Caracas a través de correos electrónicos y mediante llamadas telefónicas, sin embargo al cierre de este artículo no ha obtenido respuestas de su parte.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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El Comercio mantendrá con acceso libre todo su contenido informativo sobre el coronavirus.

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