El poderoso ministro de la Defensa, Vladimir Padrino (centro), se presentó el jueves junto a la cúpula militar para manifestar su apoyo al régimen chavista. (Foto: Reuters)
El poderoso ministro de la Defensa, Vladimir Padrino (centro), se presentó el jueves junto a la cúpula militar para manifestar su apoyo al régimen chavista. (Foto: Reuters)
Juan Francisco Alonso

Lunes 21 de enero. Un grupo de efectivos de la asaltó dos comandos del organismo militar en , se hicieron con parte del armamento y luego tomaron un tercer establecimiento, desde donde se pronunciaron en contra de . A los minutos, se inició una ola de protestas que se extendió por varias ciudades y que dejó más de una docena de personas fallecidas.

Miércoles 23 de enero. En medio de una gigantesca manifestación opositora, el presidente de la Asamblea Nacional, el diputado , se declaró presidente interino del país y en cuestión de horas más de una veintena de países, entre ellos el Perú, lo reconocieron como tal en detrimento del heredero del fallecido Hugo Chávez.



La anterior secuencia de acontecimientos, la cual viene precedida por una hiperinflación de más de un millón por ciento y el rechazo del 80% de los ciudadanos, según las encuestas, habría causado el fin del gobierno en casi cualquier país del mundo.

Sin embargo, Maduro continúa en el palacio presidencial de Miraflores, porque Venezuela es un caso atípico. Pese a la falta de apoyo popular interno y al creciente aislamiento internacional, el dirigente chavista sigue contando con el respaldo de la cúpula militar y controla a los demás estamentos del Estado, en particular al Poder Judicial.

Los que creían que la decisión de la Casa Blanca, y de una buena parte de los gobiernos latinoamericanos, de avalar el paso de Guaidó produciría un quiebre en la alianza que los militares han sellado con Maduro se equivocaron. “Rechazamos las acciones ilegales con las que se persigue instalar un gobierno paralelo y los alevosos llamados de sectores para intentar apartarnos del sendero democrático”, afirmó el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, quien, rodeado por el alto mando militar, señaló que Maduro es su comandante en jefe, pues “resultó electo por la gran mayoría de los votantes en elecciones libres, directas y secretas”.

¿Por qué los uniformados venezolanos siguen junto al mandatario? “La cúpula militar, ante la incertidumbre y miedo a perder sus privilegios, estará siempre al lado de la dictadura, más si tienen negocios que puedan exponerlos como corruptos u otro tipo de cuentas con la justicia”, replicó el politólogo Juan Manuel Track.

La organización Transparencia Venezuela, en un informe publicado a finales del año pasado, reveló que de las 583 empresas públicas que existen en el país, 76 están dirigidas por uniformados. Entre ellas, destaca nada menos que Petróleos de Venezuela (PDVSA), la cual aporta el 96% de las divisas del país. Asimismo, Maduro les ha entregado el control de la importación y distribución de alimentos y medicinas. Por eso, no pocos afirman que Venezuela es ya como Egipto o Túnez, donde los uniformados tutelan al poder político mientras fungen de empresarios.

Varios integrantes del alto mando están en la mira de instancias internacionales como la Corte Penal Internacional, comenzando por el poderoso Padrino López. Pero, además, los jefes del ejército y de la Guardia Nacional y de dos de las ocho regiones de Defensa Integral han sido sancionados por Estados Unidos y Panamá por violar los derechos humanos.

—Miedo y persecución—

El periodista especializado en temas castrenses Javier Mayorca ofreció otro motivo por el cual los cuarteles siguen del lado del mandatario: el miedo.

“Hay una persecución interna que se ha traducido en más de 300 detenciones el año pasado y algunas denuncias muy fundadas de tortura a los militares y sus familiares. Esto ha mandado el mensaje interno a la Fuerza Armada Nacional (FAN) de que ahora lo importante es la lealtad por encima de cualquier otro de los valores que caracterizan a los ejércitos, y esto está incidiendo en que no se manifiesten como lo espera una parte de la población”, explica.

En el 2018, decenas de militares de distintos rangos fueron detenidos señalados de estar presuntamente involucrados en complots contra el gobierno, de acuerdo a informaciones que manejan organizaciones como Control Ciudadano y Justicia Venezuela. Muchas de esas aprehensiones se habrían producido gracias a las labores de agentes de la inteligencia cubana infiltrados en las unidades militares venezolanas, de acuerdo con distintas fuentes.

Pese a la persecución y vigilancia, Track no descartó que el cóctel formado por las amenazas que Washington ha lanzado, incluida la militar, y las ofertas que el Parlamento viene haciendo en los últimos días de una posible amnistía puedan producir un quiebre en las filas castrenses. “Si la posibilidad de aliarse con la Asamblea Nacional es alta, lo harán, pues no se van a anotar a un fracaso para terminar presos y torturados. Solo romperán con Maduro si sienten que están en un movimiento victorioso y que su seguridad y futuro están garantizados y que van a pasar impunes, pese a lo que han hecho en los últimos años”, señala.

En tanto, la justicia venezolana, de manos del Tribunal Supremo, volvió a dar muestras de subordinación al gobierno esta misma semana cuando dictó dos sentencias en las que no solo anuló todos los actos que ha dictado el Legislativo controlado por la oposición, sino que instó a la fiscalía a procesar a sus integrantes por presuntamente atentar contra la Constitución. 

“Los militares no van a dejar el poder”

Rocío San Miguel
Experta venezolana en seguridad y defensa

—El alto mando militar volvió a manifestar su apoyo a Maduro. ¿Tiene la situación todavía bajo su control?
No. El proceso de toma de decisiones sobre las actuaciones de los órganos de inteligencia da cuenta de la profunda crisis que existe en el poder, como ocurrió semanas atrás con la destitución del jefe del temible Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), general Gustavo González, alguien cercano a Diosdado Cabello, y la cual demoró días en oficializarse.

—¿Los militares están o no con Maduro?
Por ahora no hay señales de abandono a Maduro por parte de la Fuerza Armada Nacional (FAN). Sin embargo, llama la atención que los miembros del alto mando y de las unidades con poder de fuego se pronunciaran tarde, sin estar en sintonía.

—¿Hasta cuándo van a seguir apoyando a un gobierno que no es reconocido ahora por el grueso del mundo democrático occidental y que, de paso, tiene el rechazo mayoritario de los venezolanos?
No lo sé, pero los militares no van a dejar el poder. Hoy hay menos militares en el Gabinete, pero eso es porque no les interesa el gobierno, sino estar en puestos claves, como el control de PDVSA y de las importaciones de alimentos y medicinas. Ellos podrían acordar una transición ordenada, con garantías para ellos y sus intereses, pero no creo que aún las vean claras.

—La Asamblea Nacional ha ofrecido una amnistía para aquellos uniformados que contribuyan al restablecimiento de la democracia.
Eso es un paso.

—¿Pero no es suficiente?
La FAN se plegará a la opción más real de poder, de manera pragmática, siendo su mayor temor en este momento ser árbitro del enfrentamiento entre venezolanos. ¿Cuándo ocurrirá eso? Cuando se vea la voluntad abierta y masiva de los militares a no reprimir.

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