Miles de venezolanos pasan la noche en dos albergues, acondicionados de manera improvisada en el área metropolitana de Cúcuta. Foto: Cortesía de Fundación Venezolanos en Cúcuta, vía El Tiempo de Colombia/ GDA
Miles de venezolanos pasan la noche en dos albergues, acondicionados de manera improvisada en el área metropolitana de Cúcuta. Foto: Cortesía de Fundación Venezolanos en Cúcuta, vía El Tiempo de Colombia/ GDA
Redacción EC

La Fundación Venezolanos en tiene dispuestos dos albergues improvisados en inmediaciones a los puentes internacionales de Norte de Santander, donde cerca de 1.749 migrantes pasan la noche mientras esperan la repertura de la frontera por parte de los gobiernos de y .

Gran parte de estos migrantes llegaron desde el pasado viernes a Cúcuta, procedentes de diferentes puntos de Venezuela, para asistir al concierto Venezuela Air Live y acompañar el fallido envío de las ayudas humanitarias al vecino país.

Sin embargo, la tensión suscitada por este procedimiento, que desencadenó en refriegas en zona de frontera, obligó a ambos países a cerrar sus cruces limítrofes. Colombia extendió su restricción hasta mañana martes, mientras que aún no se sabe la fecha en que Venezuela permita el paso peatonal por este territorio binacional.

“Una parte de estos migrantes manifiestan su deseo de retornar y otros sienten miedo de volver, por alguna retaliación, de la que puedan ser víctimas por participar en estos eventos (...) Con medidas de seguridad, estamos preparando estos alimentos, sin embargo pedimos la ayuda a la solidaridad de los cucuteños y a las autoridades para enfrentar esta situación”, indicó Eduardo Espinel, coordinador de la Fundación Venezuela en Cúcuta.

Estos albergues fueron acondicionados con cajas y cambuches de plástico en la redoma cerca al puente internacional de Tienditas, de Cúcuta, y en Casa Venezuela, un hogar de paso en Villa del Rosario, a pocos metros del puente internacional Simón Bolívar.

Entre los ciudadanos atrapados en este lado de la frontera se encuentra Carmen Antolinez, una ciudadana del municipio venezolano de San Cristóbal, que clama la apertura de un corredor humanitario y peatonal para regresar a su hogar.

“Acá estamos pasando penurias. Vinimos a apoyar al presidente interino Juan Guaidó y por eso no nos puede cerrar las puertas de nuestras vidas y nuestras familias. Esto nos preocupa, porque no sabemos por cuánto tiempo nos debemos quedar acá”, indica esta migrante, que por vivir cerca al eje fronterizo, suele acompañar a su mamá y a su abuela a mercar y a comprar medicinas en suelo colombiano.

Como esta joven, aproximadamente un millón de ciudadano del vecino país, que han expedido ante Migración Colombia la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF) para hacer este movimiento pendular sobre el eje divisorio, se han visto afectados y no han podido ingresar para adquirir productos básicos, como alimentos, útiles de aseo y medicinas.

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