Ilustración: Giovanni Tazza
Ilustración: Giovanni Tazza

De tanto citar a Nicomedes acabaron peleando por dcimas, se le escuch decir a Ral Vargas la maana siguiente al 5 de junio. Una ilustracin que resume un resultado alcanzado con angustia y en el fondo cargado de irona.

Pedro Pablo Kuczynski (PPK) lleg a la segunda vuelta por un golpe de suerte con la salida de Julio Guzmn, hizo campaa con un partido sin cohesin y pele contra una candidata a la que en el 2011 elogiaba. Ms aun, gan con amplia mayora en las regiones del sur andino.

Se viene discutiendo cul fue el hecho que inclin la balanza a favor de Kuczynski en las ltimas dos semanas de campaa, como el endose de Vernika Mendoza, la performance del ltimo debate, la denuncia contra Joaqun Ramrez, entre otros. Por ello, propongo en esta columna una mirada ms all de las ancdotas, hacia el quiz factor de fondo ms importante de la segunda vuelta y que empieza a formar parte de la definicin de las caractersticas particulares de la poltica en el Per.

Siendo la segunda eleccin en la que Keiko Fujimori es derrotada en el balotaje, es necesario considerar al fujimorismo como el factor que divide al pas electoralmente hablando. La poltica peruana en esta dcada se mueve con mayor efectividad a travs de las identidades anti, ms que sobre un conjunto de posiciones ideolgicas definidas.

Hay valores u orientaciones polticas identificables, sin embargo, tomando prestadas ideas de Carlos Melndez, van ms all del espectro izquierda-derecha y poseen en adicin un eje transversal en relacin con las instituciones democrticas. En concreto, el fujimorismo representara para sus detractores una tendencia neoliberal, similar a la de PPK, pero a la misma vez autoritaria, que no respeta la divisin de poderes.

Sobre este antifujimorismo, llama la atencin su firmeza y constancia en la campaa: desde febrero a junio se mantuvo inamovible un promedio por encima del 40% de personas que respondan que definitivamente no votaran por Fujimori; proporcin solo superada por Alan Garca en la primera vuelta, y que en la segunda se mantuvo siempre diez puntos por encima del antivoto hacia PPK.

Es precisamente en el sur del pas donde la tendencia hacia el antifujimorismo encuentra menos filtros para aparecer y manifestarse, y fue notoria al poner sobre el mapa los resultados finales. Para explicar la discordancia del voto en el sur respecto al resto del pas se suelen escuchar interpretaciones basadas en las diferencias econmicas y sociales, incluso algunas retroceden a la Colonia o se dirigen hacia las deficiencias en la educacin.

La razn sera estrictamente poltica: una opcin de rechazo al statu quo, que podra leerse como una opcin antisistema o legtimo rechazo al modelo econmico. Pero el vuelco de los votos del sur hacia PPK hace evidente la presencia de la variable institucional en el clculo para diferenciar dos opciones similares.

En retrospectiva, queda la sensacin de que en el juego de posicionarse como la mejor opcin en contra del fujimorismo cualquiera de las opciones pudo ganar. Muy probablemente Guzmn si se libraba de la tacha, Mendoza de haber resistido con mayor determinacin, o Barnechea dejando sus ademanes aristocrticos.

Pero sostener una campaa es muy distinto a gobernar. Las posiciones anti quedan de lado para buscar consensos, en especial cuando el Ejecutivo y el Congreso son tomados por partidos distintos. Los voceros de PPK ya han manifestado que se sienten ms cmodos de pactar con el fujimorismo que con la izquierda, con la que tienen ms diferencias. En esas circunstancias tambin podrn citar a Nicomedes: guitarra llama cajn.