BCR: ¿Seguirá aumento de tasa?, por Francisco Grippa
BCR: ¿Seguirá aumento de tasa?, por Francisco Grippa
Francisco Grippa

A lo largo del último año, la inflación se aceleró. Así, el poder adquisitivo de las familias erosionó. Aumentaron los precios en soles de automóviles, alquileres, educación, salud y tarifas eléctricas. En todo ello incidió el mayor tipo de cambio. También se incrementaron los precios de alimentos en un contexto en que la expectativa de un fenómeno de El Niño de fuerte intensidad desalentó la siembra y en que hubo un menor rendimiento de las cosechas debido a temperaturas anómalas y escasas lluvias en la sierra central.

El mayor tipo de cambio y las anomalías climatológicas son, sin embargo, transitorios por naturaleza. Las anomalías climatológicas cederán (El Niño se disipará) y con ello los precios de los alimentos se moderarán. 

Por otro lado, la depreciación del sol también será más acotada en adelante, sobre todo desde el segundo semestre, pues se están despejando las dudas sobre el crecimiento económico global, las políticas monetarias seguirán siendo laxas, y a escala local es cada vez menor el espacio que tienen las empresas y familias para continuar dolarizándose. Es razonable entonces anticipar que la inflación empezará pronto a descender.

Si la mayor inflación es transitoria, ¿por qué ha subido el Banco Central de Reserva (BCR) su tasa de interés de referencia durante los últimos meses? Para calmar las expectativas inflacionarias, que aumentaron hasta 3,5% a un año vista. 

Las empresas están anticipando que el ritmo al que ahora avanzan los precios no será muy distinto en el futuro. Esa expectativa se apoya no solo en la inflación actual, sino también en la que se ha tenido durante los últimos años (mayor que 3%). Esto es relevante porque cuando los empresarios fijen los precios de sus productos para los próximos meses, incorporarán esta expectativa. 

La inflación se vuelve persistente: si bien disminuirá por el avance más moderado del tipo de cambio y los precios de alimentos, demorará más en converger a la meta que tiene el BCR. La erosión del poder adquisitivo de las familias se prolongará.

Con el ajuste de la tasa, se señaliza la preocupación por las expectativas inflacionarias, pero hay un costo: se transmite a las demás tasas de interés del mercado. El financiamiento se encarece en una coyuntura en que el gasto de empresas y familias es aún débil. 

De momento, el costo ha sido acotado, pues se encareció el financiamiento para la empresa pero también aumentó el precio al que venderá en el futuro (por las mayores expectativas inflacionarias) el producto que elabora. Pero ese traslado del costo de financiamiento al precio del bien final estará más contenido en adelante porque la inflación cederá y con ello probablemente también las expectativas inflacionarias. Esto desincentivará la inversión en un entorno en el que esta seguirá débil en general.

Por ello, el BCR ha venido actuando con cautela, buscando un balance entre moderar las expectativas inflacionarias y cargar más al gasto que realizan empresas y familias. ¿Qué hará con su tasa de referencia? El escenario más probable es que la mantenga en su nivel actual de 4,25% durante los próximos seis meses, a menos que las expectativas inflacionarias no acompañen el descenso previsto en la inflación.