La campaña militar dirigida por Estados Unidos contra el Estado Islámico ha disminuido la amenaza en Estados Unidos y Europa
La campaña militar dirigida por Estados Unidos contra el Estado Islámico ha disminuido la amenaza en Estados Unidos y Europa
Daniel Byman

Con respecto al , podemos recordar el 2018 por lo que no sucedió: la amenaza yihadista a Estados Unidos se ha disipado. Hubo solo una muerte por terrorismo vinculado a los yihadistas en ese país y, si bien es preocupante, no fue un atentado como otros cometidos por el (en Florida, un adolescente, inspirado en videos yihadistas, apuñaló a un amigo de 13 años durante una pijamada).

La cifra de muertos se ve opacada por los cadáveres que dejó el terrorismo de extrema derecha en el 2018 (15) y estuvimos muy lejos de ataques como el llevado a cabo contra la discoteca Pulse en el 2016, cuando un solitario yihadista disparó a 49 personas. El número de casos legales relacionados con el terrorismo yihadista también se ha desplomado, de 80 en el 2015 a 13 este año.

Como indica el reciente asesinato de cinco personas en un mercado navideño en Estrasburgo, la situación en Europa es más grave, pero no desesperada. En Europa, alrededor de 20 personas murieron a causa del terrorismo yihadista en el 2018, una fuerte caída desde el 2015, cuando los ataques en París y en otros lugares causaron 150 muertes. En todo el mundo, el terrorismo mundial cayó en el 2017, y el 2018 luce aún mejor.

Podemos esperar que el número de muertos también sea bajo en el 2019. El Estado Islámico no desaparecerá, pero es poco probable que regrese a su pico del 2015.

Ninguna de estas buenas noticias, sin embargo, ha impedido al presidente Donald Trump enfatizar la amenaza del terrorismo. Lo invocó para justificar una mayor financiación de un muro fronterizo con México (a pesar de que ningún terrorista yihadista conocido cruza a Estados Unidos desde México). Pero no sorprende, los temores de los estadounidenses al terrorismo yihadista siguen siendo altos.

Una combinación de exitosos esfuerzos antiterroristas en el extranjero, medidas más efectivas y un débil movimiento yihadista estadounidense explican el bajo número de muertos. La campaña militar dirigida por Estados Unidos contra el Estado Islámico ha disminuido la amenaza en Estados Unidos y Europa. El grupo ha sido en gran medida llevado a la clandestinidad, y sus pérdidas han empañado su prestigio y socavado su eficacia.

Los servicios de inteligencia y de la ley han monitoreado la amenaza yihadista y procesado a los sospechosos, interrumpiendo el flujo de combatientes desde y hacia Siria y los esfuerzos del Estado Islámico para captar a los estadounidenses en línea. En Europa, los ataques de París en el 2015 hicieron que muchos gobiernos entraran en acción. Incluso los servicios de seguridad que antes eran disfuncionales, como el de Bélgica, que antaño parecían indefensos para lidiar con terroristas reclutando y conspirando en su territorio, son más agresivos y efectivos.

Pero debemos recordar que los terroristas solo necesitan tener suerte una vez, y están surgiendo nuevos peligros –aunque no necesariamente peores–. Los grupos militantes que usan el terrorismo plagan muchos países del Medio Oriente. En Occidente, las redes, las conexiones y la propaganda forjada a fin de reclutar y hacer proselitismo para la guerra civil siria probablemente perdurarán en alguna forma.

Los ‘lobos solitarios’ y otros que actúan en nombre del Estado Islámico realizarán en su mayoría ataques de bajo nivel, pero aun así letales. Es probable que el Estado Islámico reviva si Estados Unidos retira sus tropas de Siria. En el territorio estadounidense, la violencia de derecha extrema está aumentando, con la retórica de Trump legitimándola y envalentonando a sus peores elementos.
No podemos esperar que el increíblemente bajo nivel de terrorismo yihadista del 2018 perdure demasiado tiempo, pero podemos esperar que las cifras sigan siendo pequeñas.

© The New York Times.