Comparaciones odiosas, por María Alejandra Campos
Comparaciones odiosas, por María Alejandra Campos
Maria Alejandra Campos

Según la última medición de Ipsos y El Comercio, el presidente electo, Pedro Pablo Kuczynski, cuenta con 56% de aprobación entre los peruanos, 6 puntos más que hace un mes cuando fue elegido tras un ajustadísimo final en el que derrotó a su contrincante por menos de 3 décimas.

Haber sobrevivido al primer mes es un logro para la tienda ppkausa. Sus predecesores, Humala y García, no supieron mantener la popularidad adquirida en campaña antes de iniciar su gestión. Hace 5 años, Ollanta Humala ganó la segunda vuelta y consiguió llegar a 70% de aprobación en sus primeros días como presidente electo. Un mes después se disponía a jurar como nuevo presidente de la República con 41% de aprobación, luego de caer 29 puntos de junio a julio, gracias al viaje de su hermano Alexis Humala a Rusia. Lo mismo pasó con Alan García, quien tenía 69% de aprobación en Lima luego de ganar la segunda vuelta en el 2006 y, en julio de ese mismo año, cayó 17 puntos en la capital, llegando a la juramentación con 52% de aprobación.

Así, Kuczynski empieza con mejor pie, a pesar de haber tenido poco respaldo popular a lo largo de su campaña (pasó a segunda vuelta con solo 17% de los votos emitidos). 

Otro que tiene la cancha inclinada a su favor es Alfredo Thorne, futuro ministro de Economía. Las expectativas económicas de la población y del empresariado han mejorado significativamente luego de las elecciones. Ante la pregunta de cómo cree que estará la situación económica del país en los próximos 12 meses, 49% de la opinión pública responde que mejor o mucho mejor, el porcentaje más alto desde que se empezó a hacer esa pregunta a nivel nacional, en diciembre del 2006. A su vez, el índice de confianza empresarial para invertir de Apoyo Consultoría ha recuperado su nivel de hace dos años, luego de tener un indicador negativo en el tercer y cuarto trimestre del 2015. 

Por otro lado, dos de los ministros más importantes nombrados por Kuczynski se encuentran en situaciones disímiles. Carlos Basombrío, encargado de combatir el principal problema del país, la delincuencia, es el ministro del Interior con menor popularidad entre los tres que estrenaron el cargo en los últimos gobiernos. Actualmente cuenta con 32% de aprobación, frente al 47% y 50% con el que contaban Óscar Valdés (2011) y Pilar Mazzetti (2006), respectivamente, al iniciar sus funciones. Probablemente la diferencia se deba a lo poco conocido que es Basombrío entre la población: cerca del 50% no lo conoce o no tiene una opinión sobre él. Este porcentaje debería reducirse significativamente en agosto, debido a la exposición mediática del nuevo ministro del Interior. El reto es capitalizar el ‘awareness’ que vaya ganando hacia una mayor aprobación y no dejar que los ataques fujimoristas logren el efecto contrario.

Jaime Saavedra está en una posición mucho mejor, su ratificación como ministro de Educación cuenta con 49% de aprobación, a pesar de llevar más de dos años en el cargo. Los anteriores ministros, José Antonio Chang y Patricia Salas, empezaron en el puesto con 48% y 51%, respectivamente, pero concluyeron su gestión con una popularidad mucho menor (29% y 21%). En el caso de Saavedra, el reto está en mantener el buen desempeño logrado en la cartera. En la encuesta de julio de Ipsos y El Comercio, la educación es percibida por la población como el aspecto que más mejoró durante el gobierno de Ollanta Humala.

Pedro Pablo Kuczynski va a tener que hilar fino para que su gestión en el Poder Ejecutivo esté a la altura de las expectativas de la población, que por ahora le da un respaldo mayoritario. La clave está no solo en conseguir resultados, sino en saber comunicarlos, como bien sabe el ministro Saavedra. Estas dos virtudes podrían ser determinantes para mantener un nivel saludable de popularidad y tener ‘leverage’ frente a un Congreso adverso.