¿Se puede contar rápido?, por José Manuel Villalobos
¿Se puede contar rápido?, por José Manuel Villalobos

Luego de tres elecciones generales en las que intervine como parte del servicio electoral, las dos primeras en el JNE y la última en la ONPE, este proceso electoral me ha tocado vivirlo desde mi rol de ciudadano y, como tal, tengo expectativas e incertidumbres sobre los resultados, si serán comunicados con rapidez y, lo más importante, si serán confiables. Reflexión aparte merecen la implementación y el impacto que puede generar el voto electrónico presencial en nuestro sistema electoral.

Independientemente de mis preferencias electorales, confío en que los resultados que el día de hoy se contabilicen en más de ochenta mil mesas de sufragio que se  instalarán a nivel nacional y en el extranjero serán el fiel reflejo de la voluntad popular, expresada de manera libre por los electores en las urnas; y una vez oficializados se acepten y respeten, sobre todo por las organizaciones políticas y los candidatos que no sean favorecidos. Además, tengo la expectativa que la ONPE nos permitirá conocer los resultados con prontitud, pues la demora en el cómputo de resultados siempre genera zozobra y desconfianza, más aun cuando ni bien haya finalizado el horario establecido para sufragar se difundirán las encuestas a boca de urna, que en la elección presidencial, podrían anunciar en segundo lugar, a un candidato o candidata que luego en los resultados oficiales no ocupe dicha posición y por lo tanto no sea quien pase a la segunda vuelta para competir por el sillón presidencial.

Hoy a las 4 de la tarde concluye la votación y como cualquier ciudadano me pregunto: ¿Por qué los resultados no los podemos conocer de inmediato? ¿Tan difícil es realizar el escrutinio de las cédulas de sufragio y hacer el cómputo de resultados? Luego recuerdo en qué consiste la tarea encomendada a los miembros de mesa, ciudadanos quienes mediante un sorteo son elegidos para ejercer tan importante función, por la cual no reciben ninguna retribución. 

Contabilizar un promedio de doscientas cédulas de sufragio en cada mesa no es una labor sencilla en elecciones generales, pues se deben escrutar los votos de tres elecciones: presidencial, congresal y del Parlamento Andino, en estas dos últimas, además, se tienen los votos preferenciales que se pueden consignar hasta por dos candidatos en cada una de ellas. Finalizado el escrutinio, los miembros de mesa deben trasladar los resultados a cinco ejemplares originales del acta electoral y, en caso estén los personeros de las organizaciones políticas, se les deberá entregar una copia a cada uno. Seguidamente dichas actas serán enviadas a las oficinas descentralizadas de la ONPE, donde se realizan los cómputos de los resultados. Es decir, todo este procedimiento, descrito a grandes rasgos, no nos permite conocer los resultados oficiales de la elección de manera rápida.

Es por ello que el voto electrónico presencial se presenta como la solución para que tengamos resultados inmediatos y confiables; sin embargo, el día de hoy solo lo utilizarán diecinueve distritos donde vota un promedio de setecientos mil electores y no en los treinta que inicialmente se anunció, para tres millones. Se espera que esta nueva modalidad de votación funcione de manera óptima, sea confiable, garantice resultados inalterables y el voto secreto.

En esta oportunidad la votación que predominará será la convencional, la cual en procesos electorales complejos como el de hoy, que comprende tres elecciones simultáneas, no nos garantiza resultados rápidos, por lo engorroso que es el procedimiento de escrutinio y cómputo de resultados; los cuales se debieron simplificar para reducir el tiempo que demoran. 

Seamos prudentes con los resultados de las encuestas a boca de urna y esperemos con calma los resultados oficiales que la autoridad electoral nos comunicará.