Continuar las reformas o retroceder, por Susana Villarán
Continuar las reformas o retroceder, por Susana Villarán
Redacción EC

Hay quienes piensan que he traicionado mi palabra con el anuncio de postular a un segundo período que hice el viernes pasado. Sin embargo, cuando dije en su momento que no iba a volver a postular a la Alcaldía de Lima, lo dije convencida. Luego de un proceso de reflexión y consulta, he cambiado de posición en vista del panorama electoral. Nuestra ciudad necesita que sigamos luchando por las reformas con honradez. Si no las continuamos, vamos a retroceder. He tomado la decisión de postular debido a la responsabilidad que asumí con la ciudad cuando juré como alcaldesa.

Nuestro plan es ambicioso y debe continuar para que todos gocen de sus resultados. Han sido tres años y medio de trabajo sobre asuntos que esperaron demasiado tiempo. Hemos atacado problemas de fondo que nadie quiso enfrentar para ordenar nuestra ciudad y hacerla más justa. El , que usa la gran mayoría de limeños y limeñas, ya ha comenzado a cambiar. La revolución del transporte avanza y la concertación con todos los involucrados ha empezado a dar frutos. Las bases del nuevo sistema ya están sentadas: 12 nuevas ordenanzas que constituyen un nuevo marco normativo, 5 corredores licitados y 208 empresas adecuadas en 53 consorcios. En el segundo semestre de este año veremos funcionar los dos primeros corredores complementarios, y en los siguientes años debemos consolidar todos los corredores de la ciudad.

Nunca antes una administración municipal consiguió desarrollar proyectos de inversión junto a la iniciativa privada como lo hemos hecho nosotros. La inversión supera en cinco veces lo canalizado en los últimos 20 años, lo que permitirá que la infraestructura vial dé el salto a la modernidad que merecemos. Contamos con 1.500 millones de dólares comprometidos y en ejecución. Asimismo, en los siguientes años debemos concretar tres nuevos proyectos para conectar toda la ciudad: la vía expresa de Javier Prado, la conexión La Molina-Surco y el Anillo Periférico Vial, que será nuestra nueva Vía de Evitamiento.

Hemos continuado, mejorado y ampliado la red de salud municipal y construido nuevos hospitales donde los afiliados al SIS ahora son atendidos gratuitamente. Hoy, estos hospitales ofrecen medicamentos genéricos de calidad, atienden los domingos y realizan campañas gratuitas y permanentes de prevención. Nuestra gestión ha trabajado con el Gobierno Nacional y los distritos, coordinando la lucha contra la anemia infantil. Además, hemos marcado el camino para eliminar la tuberculosis de nuestra ciudad, mal que nos afecta a todos y pone en riesgo a los más vulnerables. 

El programa impulsa no solo la construcción de pistas, escaleras y muros de contención en los barrios más humildes, sino que al mismo tiempo capacita a sus habitantes en prevención de desastres y facilita el acceso a los servicios públicos. Hemos intervenido zonas de alto riesgo en 16 distritos, pero no es suficiente. Este programa debe consolidarse para expandirse y beneficiar a más limeños. 

Hemos iniciado la construcción de dos nuevos parques zonales y la remodelación integral de tres más. En ellos debemos implementar centros recreativos para los más pequeños e infraestructura deportiva para la promoción de una vida sana. También logramos recuperar La Parada, y el hoy opera como el único centro de comercialización mayorista de alimentos. El reto es ampliar su capacidad e instalar nuevos servicios que mejoren su eficiencia. 

Estos logros son importantes, pero no suficientes. Todavía falta mucho por hacer. Por eso todos los cambios positivos que los limeños estamos viviendo necesitan ser profundizados, a la vez que se deben impulsar nuevos proyectos, como el gran recinto ferial de Lima.

El programa de reformas para la ciudad necesita del mejor equipo, valor y decisión, no de cálculos políticos. Por ser reformas que requieren más tiempo que las pequeñas obras, cuatro años son insuficientes. Por eso mi decisión de ir a un segundo mandato no es un tema personal: no responde a la pregunta de qué es lo que me conviene a mí, sino qué es lo mejor para Lima.