A man watches a television screen showing U.S. President Donald Trump, left, and North Korean leader Kim Jong Un during a news program at the Seoul Train Station in Seoul, South Korea, Thursday, Aug. 10, 2017. North Korea has announced a detailed plan to launch a salvo of ballistic missiles toward the U.S. Pacific territory of Guam, a major military hub and home to U.S. bombers. If carried out, it would be the North's most provocative missile launch to date. (AP Photo/Ahn Young-joon)
A man watches a television screen showing U.S. President Donald Trump, left, and North Korean leader Kim Jong Un during a news program at the Seoul Train Station in Seoul, South Korea, Thursday, Aug. 10, 2017. North Korea has announced a detailed plan to launch a salvo of ballistic missiles toward the U.S. Pacific territory of Guam, a major military hub and home to U.S. bombers. If carried out, it would be the North's most provocative missile launch to date. (AP Photo/Ahn Young-joon)
Óscar Vidarte A.

¿Por qué es tan importante que Corea del Norte tenga capacidad para atacar con armas nucleares territorio estadounidense? En principio, un contexto internacional determinado por capacidad nuclear tanto en Estados Unidos como en Corea del Norte debería generar algo parecido a la mutua disuasión nuclear, una de las principales características de la Guerra Fría. Resulta obvio que, a pesar de la bravata que estamos viendo en los últimos días por parte de los líderes de ambos países, el uso de la razón debería predominar frente a las consecuencias nefastas que un ataque nuclear puede significar para ambas partes. Sin embargo, existe otra explicación.

Durante la crisis de los misiles de 1962, Estados Unidos no solo buscó evitar que la Unión Soviética tenga capacidad nuclear a 150 kilómetros de territorio continental norteamericano, sino, además, el hegemón occidental era consciente que una Cuba nuclearizada hubiese implicado un cambio en la relación entre las dos potencias y del papel de Estados Unidos en el Caribe, su zona máxima de seguridad. Ciertamente, Corea del Norte no es la Unión Soviética, y el mundo de hoy no tiene una naturaleza bipolar, pero es evidente que una cosa es tratar con un país que amenaza directamente a países como Japón y Corea del Sur, aliados de Estados Unidos (como sucedía con los países europeos en función de su cercanía con la Unión Soviética), y otra muy distinta es tener que hacer frente a una amenaza contra su propio territorio.

Actualmente solo hablamos de la isla de Guam, pero si se confirman las versiones de la inteligencia estadounidense que señalan que los misiles balísticos que está desarrollando Corea del Norte en poco tiempo podrían llegar a la costa oeste norteamericana y que dicho país ya contaría con la capacidad de miniaturizar ojivas nucleares, el escenario puede cambiar en poco tiempo. Frente a esto, ¿qué puede hacer Estados Unidos?

Durante la crisis de los misiles en la década de 1970, un ataque militar estadounidense para evitar que el mundo comunista tuviera potencial nuclear a tan poca distancia de la potencia occidental, fue una posibilidad real. Es más, no cabe duda que los sectores militares creían en esta opción. Pero claro, un ataque quirúrgico no hubiese eliminado todas las armas en proceso de instalación; además, la inevitable muerte de personal soviético, hubiese merecido la reacción de la potencia comunista. El temor a un desenlace nuclear en su máxima expresión.

Tratándose de Corea del Norte, sucede algo similar. Un ataque, como el que ha amenazado el régimen de Kim Jong-un o la administración Trump en los últimos días, generaría consecuencias terribles, ya sea en la península coreana y en otros países asiáticos. China rompería su vínculo con Corea del Norte y seguramente en aras de evitar una masiva migración de norcoreanos a su territorio, invadiría dicho país. Sería el fin de Kim Jong-un en el poder. Pero también, la muerte de millones de japonenses y surcoreanos sería lo último que sabríamos de Donald Trump.

Cabe recordar que Corea del Norte tiene armas nucleares hace más de una década, y no las ha utilizado. ¿Por qué habría de hacerlo ahora? Frente a las continuas amenazas por parte de Estados Unidos (¿se acuerdan del Eje del Mal?) resulta explicable desarrollar armas nucleares como una opción para disuadir a la potencia mundial. Mientras que, desde Estados Unidos, es entendible que surjan expresiones de fuerza, como también las tuvo en su momento John F. Kennedy, pero no deja de causar temor que un presidente tan inestable (e impredecible) como Donald Trump y tan cercano a los sectores más duros del “establishment militar” pueda llevar a cabo un accionar con consecuencias terribles.

Ojala que al igual que en el caso cubano, Estados Unidos recurra a soluciones más inteligentes (como fue el bloqueo naval a Cuba) y que esta situación sirva para que las partes encuentren canales de negociación que permitan algún tipo de acercamiento, aunque no necesariamente eliminen la amenaza nuclear por completo.