"¿Por qué no hubo un pacto político si ya se conocían las armas nucleares que cada uno tenía? ¿Será igual en el próximo periodo?". (Ilustración: Giovanni Tazza).
"¿Por qué no hubo un pacto político si ya se conocían las armas nucleares que cada uno tenía? ¿Será igual en el próximo periodo?". (Ilustración: Giovanni Tazza).
Giulio Valz-Gen

El uso de mociones de vacancia presidencial por el y la presentación de por el serán, probablemente, comunes durante el próximo periodo parlamentario. El momento estelar de estas figuras llegó para quedarse en el quinquenio que termina (2016-2021) y ‘gracias’ a ellas tuvimos dos congresos y cuatro presidentes.

¿Por qué no hubo un pacto político si ya se conocían las armas nucleares que cada uno tenía? ¿Será igual en el próximo periodo?

Ni ni i tendrán mayoría en el Legislativo si es que logran la presidencia. Hasta ahora, cuenta con 37 curules y Fuerza Popular con 24. Si bien ambos partidos han recibido respaldos de otros grupos políticos, por ahora estos son electorales más que de gobierno.

Es probable que uno de los primeros actos de Pedro Castillo frente al Congreso sea plantear algún tipo de reforma constitucional que lleve a la elección de una . ¿Tendrá los votos? Probablemente no, pero podría plantear una cuestión de confianza al respecto como ya lo anunció hace unas semanas su socio político . Recordemos que luego del rechazo de dos cuestiones de confianza, el presidente tiene la facultad de disolver el Congreso y convocar a la elección de uno nuevo.

En el caso de Keiko Fujimori, no conocemos de antemano alguna propuesta extrema que la pueda llevar a plantear, al menos al inicio de su gobierno, algún tipo de cuestión de confianza distinta a la aprobación de un gabinete. No obstante, más allá de las proclamas y declaraciones en pro de la democracia firmadas, dados los antecedentes del fujimorismo no puede descartarse que en algún momento busquen deshacerse del Parlamento si es que este le termina resultando hostil. Que lleguen a algún tipo de acuerdo de gobernabilidad con Alianza por el Progreso u otros partidos no garantiza que estos se mantendrán por cinco años.

Los escenarios de vacancia de uno u otro eventual presidente también son imaginables. Cualquier destape periodístico o revelación de la Fiscalía puede gatillar una moción. Quizá las vacancias no se concreten por la falta de votos (se requieren 87 para vacar a un presidente, es decir, 44 para bloquearla) pero el daño e inestabilidad política que estas generan no pasarán desapercibidos para la ciudadanía y los mercados.

Las 10 bancadas que conformarán el nuevo atomizado y polarizado Congreso son meramente referenciales. Hay grupos y subgrupos en cada una de ellas por lo que hacer aritmética de quiénes apoyarían tal o cuál medida debe verse caso por caso y según las circunstancias que se presenten.

La vacancia y las cuestiones de confianza son figuras extremas que deben ser usadas dentro del marco de racionalidad que impone el derecho y las interpretaciones realizadas por el Tribunal Constitucional. La aplicación de estas medidas será un buen termómetro para medir la vocación democrática del Congreso y el Ejecutivo.

El poder de las armas no está solo en el efecto destructivo que puedan tener sino, sobre todo, en el disuasivo. Salvo que la apuesta sea romperlo todo, que hasta ahora es el planteamiento plasmado en el ideario de Perú Libre, dados los resultados de la elección, la lógica de las reglas establecidas es que Ejecutivo y Congreso lleguen a entendimientos. Si nuestros representantes no han aprendido eso, entonces, como me temo, nuestra nueva normalidad será, como en los últimos 5 años, la crisis y la inestabilidad.

Al cierre de esta columna, la comisión de del actual Congreso aprobó una moción para modificar artículos de la Carta Magna ligados a la cuestión de confianza. Más allá del detalle de la norma (que no elimina la figura, pero sí le establece algunos límites), no es una buena señal que el Parlamento pretenda aprobar una reforma exprés, alterando los plazos establecidos para las legislaturas.