Josefina Miró Quesada

Hablar de personas privadas de libertad en la pandemia no es popular. Para un sector de la sociedad, menos aún, es prioridad, en una emergencia que ha puesto en jaque a la humanidad. Siempre ha sido así. Venimos arrastrando el problema de hacinamiento y sobrepoblación penitenciaria década tras década. Exigir la atención y protección de estas personas, sin embargo, no es un capricho. No por nada esta situación ha sido alertada por las principales organizaciones internacionales. Si no se toman acciones de inmediato, advierte uno de los penalistas más reconocidos de la región y juez de la Corte IDH, Eugenio “Raúl” Zaffaroni, podríamos estar ad portas de un crimen de lesa humanidad.