Democracia con diversidad, por Alberto Hidalgo Hermoso
Democracia con diversidad, por Alberto Hidalgo Hermoso
Alberto Hidalgo Hermoso

La igualdad y la diversidad son valores esenciales del sistema democrático. Y así lo reafirman, gracias a la incidencia de la sociedad civil, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y el Pacto Ético Electoral cuando llaman a los partidos políticos a considerar el enfoque de orientación sexual e identidad de género en sus planes de gobierno y campañas electorales. No obstante, son numerosos los partidos y candidatos que continúan invisibilizando e ignorando, cuando no discriminando, a lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI). 

Es preocupante que, en el proceso electoral que culmina el 10 de abril, 12 planes de gobierno (de entre las 18 candidaturas presidenciales) no recogen ninguna propuesta sobre diversidad sexual y de género. Ello representa un profundo desprecio hacia la problemática de discriminación y violencia que todavía sufre la población LGBTI en el Perú, documentada por informes de varias instituciones. 

Según datos de Promsex y la Red Peruana TLGB, el pasado año se cometieron en nuestro país 13 homicidios de personas LGBTI y numerosos casos de discriminación y acoso. Además, se reportaron cuatro casos de suicidio, tres de ellos de adolescentes. Esta dramática realidad ha sido advertida incluso por organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero todavía encuentra serias resistencias para ser reconocida y abordada por las instituciones del Estado. 

No todo es negativo, también es justo destacar el importante avance que supone que seis partidos políticos hayan decidido expresar, algunos tímidamente, un compromiso con la igualdad y la diversidad en sus planes de gobierno. Cuatro de ellos recogen la unión de hecho o la unión civil no matrimonial para parejas del mismo sexo, mientras que solo uno defiende el matrimonio igualitario como fórmula jurídica para reconocer plenamente los derechos civiles y familiares de dichas parejas. También un solo plan de gobierno incluye la aprobación de una ley de identidad de género para permitir el cambio de nombre y sexo de las personas trans en su DNI.

El resto de propuestas en materia de diversidad sexual y de género están relacionadas con la lucha contra la discriminación y la violencia homofóbicas y transfóbicas. En varios programas aparece la tipificación de los crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género y la inclusión de la población LGBTI en los planes nacionales de derechos humanos. Sin embargo, otros derechos importantes, como la educación, la salud o la participación política y social de las personas LGBTI, son escasamente abordados.

Quedan todavía algunos meses de campaña y debemos seguir trabajando intensamente para posicionar los derechos humanos de la población LGBTI en la agenda electoral. Esfuerzos como los impulsados por la campaña Voto por la Igualdad (votoporlaigualdad.pe) están aportando a ello. 

Ya no son suficientes las declaraciones bienintencionadas de los candidatos ni los planes de gobierno que pueden convertirse en papel mojado. Es urgente más voluntad política de las autoridades públicas y más (y mejor) vigilancia ciudadana por parte de la sociedad civil para avanzar hacia el reconocimiento de la igualdad de derechos de las personas LGBTI. Las próximas elecciones deben ser muy diferentes. Ojalá en el 2021 podamos celebrar el bicentenario con una democracia que sepa poner en valor la diversidad, respetando la dignidad de todas y todos.