A cinco meses del desborde del río Piura, hoy se conocerá a los ganadores de las cuatro primeras obras de rehabilitación tras El Niño costero. (Foto: Ralph Zapata)
A cinco meses del desborde del río Piura, hoy se conocerá a los ganadores de las cuatro primeras obras de rehabilitación tras El Niño costero. (Foto: Ralph Zapata)
Arturo Woodman P.

Han pasado varios meses desde que El Niño costero golpeó el centro y norte del país, y en Piura –uno de los departamentos más afectados por las inundaciones– las primeras acciones preventivas por parte del Gobierno se están iniciando con algunas discrepancias técnicas con el Colegio de Ingeniería y universidades locales. El tema a discutir es si las obras planeadas en el río Piura son necesarias.

Hay que conocer más sobre dicho río, pues no tiene un comportamiento regular. Para empezar, no desemboca al mar como lo hace cualquier otro río de la costa peruana y del mundo. El río Piura llega hasta las lagunas de Ramón y Ñapique y La Niña, es un río en el que solo en algunos años discurre agua por su cauce, y el caudal que pasa normalmente proviene de la cuenca del río Chira.

Sin embargo, este año, debido al calentamiento del mar en las costas del país, se han producido torrenciales lluvias que ocasionaron daños directos y crecidas extraordinarias del río. Así, las inundaciones en las ciudades ribereñas y en la zona agrícola del Bajo Piura causaron fuertes daños. Además, el río Piura tiene otro inconveniente: su pendiente es muy baja, pues solo fluctúa entre 20 a 30 cm por kilómetro en comparación a los 15 a 20 metros por kilómetro que tiene el río Rímac. Esto produce que su cauce se colmate, originando –cuando hay crecientes por El Niño– que su desplazamiento sea lento y se produzcan inundaciones.

Ante esto, el Ministerio de Agricultura, con la intención de evitar daños en el futuro, ha decidido descolmatar 18 millones de metros cúbicos del cauce del río, más que nada en la zona final de su recorrido. Este trabajo demandará más de 200 millones de soles. Los técnicos del Colegio de Ingenieros y las dos principales universidades de Piura no están de acuerdo con esta decisión.

Ambas entidades han expresado públicamente que tal trabajo, además de ser extremadamente caro, no es necesario en su totalidad. Además, están en desacuerdo que el proyecto se haya licitado sin un respaldo técnico. Ellos proponen que se realice un estudio para enviar el río al mar a través de un nuevo directo cauce de alrededor de 35 kilómetros y con una pendiente de 45 centímetros por kilómetro para evitar un futuro represamiento y colmatación.

Pese a los comentarios y propuestas de estas entidades –que cuentan con laboratorios especializados en el tema–, las autoridades encargadas de la reconstrucción, apoyados por la presidenta del Consejo de Ministros y varios ministros, han manifestado que todas las decisiones deben de ser tomadas por el Gobierno Central

En un escenario típico tal afirmación debería de aceptarse, pero en este caso la opinión de expertos en el tema debería de ser tomada en cuenta. De más está decir que ellos tienen la experiencia que se necesita para prevenir catástrofes como las que el norte sufrió este año. Es importante, por otro lado, que el programa de reconstrucción sea un éxito, pues así la población recuperará su confianza en el Estado.

Es momento que las voces técnicas de nuestro país sean escuchados; que se acepte no solo su espíritu de cooperación, sino su capacidad para lograr que la historia no se repita una vez más.