"La competencia transfronteriza se está volviendo cada vez más feroz" (MANDEL NGAN, ANTHONY WALLACE / AFP).
"La competencia transfronteriza se está volviendo cada vez más feroz" (MANDEL NGAN, ANTHONY WALLACE / AFP).
Deborah  Seligsohn

Si está buscando un vehículo eléctrico en la actualidad, es muy probable que termine comprando un Tesla. Sin embargo, en unos años, es posible que esto ya no sea cierto. Los fabricantes de automóviles tradicionales y una gran cantidad de empresas chinas están poniendo sus propios modelos eléctricos a disposición de los consumidores estadounidenses.

De hecho, la competencia transfronteriza se está volviendo cada vez más feroz. Aunque la participación de Tesla en el mercado estadounidense de vehículos totalmente eléctricos fue del 79% en el 2020, puede caer al 56% para fin de año. Mientras tanto, se espera que varias empresas chinas anuncien grandes planes de expansión para construir más fábricas de vehículos eléctricos.

Pero lo que podría convertirse en un dolor de cabeza para Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, es una buena noticia tanto para los objetivos climáticos internacionales como para la diplomacia chino-estadounidense. Finalmente, es la competencia y no la cooperación entre las empresas estadounidenses y chinas lo que será el verdadero impulsor de la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo.

En la COP26 de noviembre, y , los dos mayores contaminadores del mundo, emitieron un comunicado conjunto en el que se comprometieron a enfrentar bilateralmente la crisis climática. Los expertos en políticas se apresuraron a aplaudir estos compromisos de mayor cooperación. Sin embargo, este énfasis en la cooperación no da en el blanco.

Fundamentalmente, los dos países han acordado ciertos objetivos climáticos. No obstante, la mayor parte de la transición real, incluida la construcción de plantas de energía renovable, la venta de vehículos eléctricos y el aislamiento de edificios, la realizarán empresas privadas. Y las empresas compiten entre sí.

Desafortunadamente, aunque Estados Unidos ha liderado en el desarrollo de tecnologías renovables, ha sido inconsistente al proporcionar los incentivos fiscales y financieros necesarios para respaldar su crecimiento constante en el mercado. Como resultado, China, Corea del Sur y muchos países europeos se han puesto al día en una serie de tecnologías renovables a medida que el progreso de EE.UU. se ha ralentizado.

El plan Build Back Better del presidente estadounidense Joe Biden busca cambiar esto. Esto colocaría a las empresas estadounidenses comprometidas con la tecnología verde en una mejor posición para poder competir con sus rivales chinos.

La competencia no significa tambalearse al borde del conflicto. La clave en este proceso será que Estados Unidos respete a sus rivales, incluida China. También es importante darle crédito a China, que ha reducido tanto la contaminación del aire como el uso de carbón como porcentaje de su suministro total de energía en la última década.

Por supuesto, hay mucho más por hacer. Pero las cosas están mejorando y la competencia responsable es nuestra mejor esperanza para la mitigación del .


–Glosado, editado y traducido–

© The New York Times