Los hijos del cambio climático, por Oswaldo Molina
Los hijos del cambio climático, por Oswaldo Molina
Oswaldo Molina

Martín es un pequeño que acaba de nacer en el distrito de Urubamba, Cusco, a 1.075 kilómetros de Lima. Sin siquiera tener un día de nacido, ya se encuentra en desventaja con el resto. Ha tenido bajo peso al nacer, lo que, según diversos estudios, será un determinante importante en su desarrollo físico durante las primeras etapas de su vida, con consecuencias incluso en sus logros académicos posteriores. 

A las diversas razones que pueden explicar este hecho, como problemas de salud y alimentación durante la gestación, ha venido surgiendo un factor que, para variar, impacta de manera desigual en los más pobres: el cambio climático.

Y es que el distrito de Urubamba ha sufrido, en los últimos cincuenta años, un incremento en su temperatura promedio de 1,65 grados centígrados y un aumento en la probabilidad de enfrentar eventos climáticos extremos, que son más difíciles de anticipar por las familias y que quizá por ello podrían ser aun más dañinos. 

Este no es únicamente el caso de Urubamba. Es un fenómeno global, pero que afecta en mayor medida a los países en vías de desarrollo, donde las viviendas son más vulnerables y las tecnologías de adaptación, como el aire acondicionado, no están extendidas. 

En la región andina, una de las zonas que se predice se verán más afectadas por el cambio climático, la temperatura promedio ha aumentado en más de un grado centígrado desde 1950. Asimismo, hoy cerca del 60% de los distritos de la región observan temperaturas inusuales a lo largo del año. 

Gracias al apoyo del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), evaluamos, junto con mi colega Víctor Saldarriaga, el efecto de la variabilidad de la temperatura en la salud neonatal. Utilizando información detallada de temperaturas históricas a lo largo del territorio nacional, los hallazgos son impresionantes: uno de cada diez niños nacidos con bajo peso (menor a 2,5 kilos) es resultado directo de una mayor variabilidad en la temperatura observada en su distrito de nacimiento. 

Más aun, la salud del bebe se ve más afectada cuando la niña o el niño han sido expuestos a una mayor variabilidad climática durante el primer trimestre de gestación. 

La situación es aun más alarmante si consideramos los pronósticos actuales de la temperatura para las próximas décadas. Del año 2020 al 2040 se espera que cuatro de cada diez niños nazcan en zonas con alta variabilidad de temperatura. 

Los alcances de estos efectos pueden ser dramáticos, afectando no solo el estado de la salud al nacer, sino también la productividad de los individuos a través de un deterioro en la salud. Esta reducción en la productividad, a su vez, puede generar impactos negativos de largo plazo en la economía.

A fines del año pasado, en París, a 10.000 kilómetros de Urubamba, se firmó un acuerdo que busca reducir el calentamiento global y mitigar sus efectos alrededor del globo. Martín y muchos niños como él puede que no entiendan nada al respecto, pero del éxito de tales medidas dependerá qué tanto el cambio climático impactará sobre sus oportunidades futuras, incluso desde antes de que nazcan.