Sexto lugar ocupa el Perú como mercado de la India en América Latina, detrás de Brasil, México, Venezuela, Argentina y Chile. (Foto: El Comercio)
Sexto lugar ocupa el Perú como mercado de la India en América Latina, detrás de Brasil, México, Venezuela, Argentina y Chile. (Foto: El Comercio)
Silvia Hooker Ortega

En la última década el Perú ha abierto 52 mercados que reciben más del 93% de nuestras exportaciones. Esto es algo bueno y suena bien. Sin embargo, poco se ha avanzado en la diversificación de estas exportaciones. Ellas no han crecido de manera suficiente ni sostenida, por lo que el aprovechamiento de los mercados ya abiertos por los acuerdos comerciales es aún muy bajo. 

El crecimiento exportador se dio principalmente en productos tradicionales, sobre todo minerales en base al factor precio. Cuando este factor cayó, nuestras exportaciones se vieron seriamente afectadas. Los TLC no han representado un aumento importante en la exportación de productos manufacturados, viéndose beneficiado casi exclusivamente un sector de las exportaciones no tradicionales: la agroindustria.  

En el caso del sector textil y confecciones (que creció de manera importante al inicio de los TLC), este cayó en los últimos años producto de la competencia de países asiáticos. Países como la India compiten con el Perú no solo en mercados de exportación, sino también en el mercado doméstico.  

La apertura de mercados debería beneficiar al mayor número de exportadores. Bien por aquellos pocos que han visto crecer sus exportaciones. Para el resto de sectores que aún no han podido consolidar su internacionalización, el Estado debería centrar sus esfuerzos para poder competir con países que tienen claras políticas de acompañamiento a sus empresas industriales (como libertades de contratación sin sobrecostos, regímenes tributarios competitivos, y un real fomento a la innovación y desarrollo de nuevas tecnologías).  

Solo así podremos aprovechar los mercados ya abiertos por los TLC que no están siendo utilizados en todo su potencial, y que bien podrían contribuir a la formalización de la economía generando mayor y mejor empleo en el país. La exportación de materias primas no necesita de acuerdos comerciales, ya que son commodities que se venden al margen de los TLC.  

No obstante, a pesar de la coyuntura descrita, el Gobierno Peruano ha decidido negociar un TLC con la India. Nos preguntamos entonces por qué seguir negociando acuerdos con futuros socios sin tener en cuenta el impacto social que implica estrechar lazos comerciales con un país que subsidia su producción y cuyo valor de mano de obra y estándares laborales no se compara con los que el Perú exige a su industria nacional. Esta provee en el Perú trabajo digno y formal a más de millón y medio de trabajadores, de los cuales una parte importante se verá afectada por el ingreso de manufacturas indias que buscarán desplazarlos ya no de los mercados internacionales en los que competimos, sino de nuestro propio mercado local.  

La suscripción de un acuerdo comercial con un país como la India nos proyecta a perpetuar una relación comercial asimétrica, cualitativamente desfavorable para el Perú. Ello se desprende del propio estudio de factibilidad elaborado conjuntamente por las autoridades del Perú y la India, en el que expresamente la India nos cataloga como un buen proveedor de insumos necesarios para su iniciativa “Make in India”, que incentiva tanto a las empresas multinacionales como a las locales a fabricar sus productos en la India.  

La apertura comercial es buena cuando nos relacionamos con los socios apropiados. Veamos la experiencia de Chile, después de una década de vigencia de su acuerdo con la India, sus exportaciones se concentran en un 91% en productos del sector minería, donde el cobre representa el 97% de esas exportaciones. El 9% restante son frutas (manzana y kiwi) y algo del sector químico y metalúrgico. ¿Le sirvió a Chile el TLC con la India? Exportándole en su gran mayoría cobre, yo diría que no.

TAGS