Lima 2019: desafío y oportunidad, por Carlos Neuhaus
Lima 2019: desafío y oportunidad, por Carlos Neuhaus
Carlos Neuhaus

Lima será entre el 26 de julio y el 1 de setiembre del 2019 sede de los XVIII Juegos Panamericanos y Sextos Parapanamericanos. Pero no solo eso (que es mucho y un gran orgullo para nuestra ciudad pues los Panamericanos son el tercer evento en importancia y convocatoria en el mundo, luego de los mundiales de fútbol y los Juegos Olímpicos), sino que entre los Panamericanos y los Parapanamericanos proponemos que se organicen los Panamericanos Culturales, para lo cual entidades del prestigio de la Universidad de San Marcos serían ideales organizadoras. Mistura tiene también allí una excelente oportunidad de mostrar al mundo nuestra maravillosa cocina. 

Así, el deporte se convertirá en el eje articulador de la gran puesta en escena de nuestra ciudad y nuestro país, ya que se calcula que aproximadamente mil millones de espectadores seguirán por televisión y la plataforma digital los Panamericanos. Además, también serán millones las personas que estarán al tanto de sus avances en los meses precedentes al gran evento. 

Es entonces que Lima 2019 constituye un gran desafío de organización y desarrollo de infraestructura que estamos en plena capacidad de asumir y la gran oportunidad para marcar un hito histórico en el desarrollo urbano y el potenciamiento de la infraestructura deportiva adecuada a nuestras circunstancias en la ciudad. 

Hay quienes, sin duda de buena fe y con la mejor intención, señalan que la inversión que se hará en Lima 2019 es un gasto superfluo e innecesario ante las grandes carencias que en muchos aspectos tiene nuestra ciudad y nuestro país en hospitales, saneamiento, etc. Sin embargo, estas opiniones no consideran que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la inexistencia de instalaciones deportivas y recreativas permite, entre otros factores, que las enfermedades transmisibles, responsables de seis de cada diez defunciones en el mundo y asociadas a la inactividad física sean el mayor problema de salud pública en la mayoría de países del mundo”. La OMS añade también: “Se necesitan con urgencia medidas eficaces para mejorar la actividad física de las personas. Existe evidencia médica comprobada de que el deporte mejora el desarrollo del aparato locomotor, del sistema cardiovascular, del sistema neuromuscular y ayuda a mantener un peso corporal saludable”.

Lima 2019 apunta a eso, es decir, a contribuir con su aporte en infraestructura y actividad deportiva a la salud preventiva tan ausente en nuestros países y ciudades, a costa de la salud recuperativa que hace colapsar nuestros hospitales y centros de salud. Y qué decir respecto a ese aporte en relación con el consumo de drogas y la salud mental. Según el científico Wolfgang Bretschneider, “el deporte eleva la autoestima, da una mayor capacidad para luchar contra el estrés, mejora el rendimiento en el estudio así como las relaciones con la familia”. Según la OMS, cada dólar invertido en la ampliación del tratamiento contra la depresión y la ansiedad rinde cuatro dólares en mejora de la salud y capacidad de trabajo de las personas. La falta de infraestructura para la masificación del deporte es la principal dificultad en la implementación de actividades comunitarias que consoliden las intervenciones educativas, sanitarias y culturales donde el deporte funciona como un eje integrador. 

Habrá un antes y un después de los Juegos Panamericanos en materia deportiva y en aspectos de habilitación y renovación urbana en Lima. Los Panamericanos nos permitirán hacer realidad una visión de mediano y largo plazo para nuestra ciudad y el país, que es la clave del desarrollo y la modernidad de los pueblos. Lima es una ciudad multicéntrica. La implementación de la Villa Panamericana en Villa El Salvador contribuirá a la modernidad y la renovación urbana en Lima sur.

Los 1.500 departamentos que albergará la Villa Panamericana, en Villa El Salvador, serán luego viviendas que contribuirán a la mejora de la zona, tal como sucedió en la década de 1960 con el conjunto residencial San Felipe en Jesús María. Ello traerá parques, áreas verdes, pistas, revaloración del metro cuadrado, convirtiéndolo en un gran polo de desarrollo. Lima 2019 lo hará posible.

Es evidente que somos un país con limitaciones. Por ello las diversas obras estarán acorde con lo que somos y tenemos y no habrá despilfarro de ninguna clase. Pero serán sedes que cumplan los estándares exigibles y acojan a los atletas y al público asistente de la mejor manera, también pensando en el legado para las generaciones que vendrán.

El período de obras dura aproximadamente 18 meses pero más importante es el período de evaluación y estudios que empezó en el 2014. En nuestro caso, la mayoría de los estudios están concluidos y sobre el final del primer trimestre del 2017 se iniciarán las primeras construcciones.

En ese sentido, las facultades otorgadas simplificarán los procesos de contratación y permitirán terminar las obras a tiempo. Estamos convencidos de que un proyecto de esta magnitud tendrá una repercusión positiva en la economía nacional. Con el apoyo de todos y sin trabas, esa es la fórmula del éxito.

Julio Maglione, presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), dio hace pocos días a través de este mismo Diario su más amplio respaldo a Lima 2019 y su preparación. Muy pronto recibiremos su visita con los demás miembros de la Odepa y allí con lujo de detalles le informaremos de nuestros avances. En esa misma línea, el presidente de la República ha dicho no solo que llegamos sino que este es un proyecto de todos los peruanos.