Nuevo impulso a la relación bilateral, por Fabián Novak
Nuevo impulso a la relación bilateral, por Fabián Novak

El origen e historia común entre el Perú y debieron ser determinantes para la construcción de una relación bilateral más armoniosa; sin embargo, la desconfianza ha sido un sentimiento recíproco durante buena etapa de nuestra vida republicana. Precisamente, en un nuevo intento por consolidar una relación realmente constructiva, el jueves 25 se desarrolló el Encuentro Presidencial y Primera Reunión del Gabinete Binacional de Ministros del Perú y Bolivia. Así, se inició entre ambos países un mecanismo de diálogo y coordinación política al más alto nivel, similar a los que vienen funcionando positivamente entre Perú-Colombia y Perú-Ecuador. 

La experiencia de nuestra relación bilateral indica que la mayoría de mecanismos de cooperación o proyectos de integración con Bolivia no han funcionado, por lo que se espera que este sistema pueda significar una etapa de cambio al someter los acuerdos que se alcancen en su seno al seguimiento y fiscalización presidencial. 

Sobre los acuerdos alcanzados en esta reunión, es importante destacar cuatro. El primero es relativo a la recuperación ambiental de la cuenca del río Suches y del . Esto resulta altamente positivo si tenemos en cuenta que esta cuenca fue declarada “zona crítica de daño ambiental de prioridad binacional” en el 2010, debido a que la contaminación afectaba la actividad pecuaria e incrementaba la mortandad de las alpacas en la zona. En el caso del lago, la contaminación ha ido en aumento en los últimos años, perjudicando no solo a las especies, sino también a la actividad pesquera. Concretamente, estudios revelan que en sus aguas existen niveles elevados de hierro, plomo, arsénico, etc., producto en gran parte de las fábricas que operan ilegalmente en . Todo esto hacía necesario entonces que el Gabinete Binacional acuerde crear una comisión de alto nivel que, en un plazo de 90 días, defina acciones concretas para restablecer las capacidades ambientales del lago.

Un segundo acuerdo es el del impulso de proyectos de desarrollo e integración en la zona fronteriza –caracterizada por un elevado nivel de necesidades básicas–, debiéndose destacar la creación de un sistema de atención recíproca de salud a ambos lados de la frontera. 

Un tercer grupo de acuerdos se vincula con el desarrollo económico, de infraestructura e integración, entre los que se cuentan proyectos para la exportación de GLP y gas boliviano al sur del Perú, la integración eléctrica y energética de ambos países, y el proyecto de corredor ferroviario bioceánico central, impulsado por Bolivia. Si bien los primeros proyectos resultan atractivos, no son una novedad, y la falta de precisión en los compromisos hace pensar que una vez más no caminarán. 

Pero sin duda el resultado más importante de este gabinete es el referido a la adopción de un conjunto de medidas en materia de seguridad para combatir eficazmente el contrabando, la trata de personas, la minería ilegal y el narcotráfico. Esto debido a que, según datos de la Sunat, el 46,5% del contrabando que ingresa al Perú proviene de Bolivia; existe un comercio de mujeres, niños y niñas peruanas que son explotadas sexual o laboralmente en Bolivia; hay bandas en la frontera dedicadas a la minería ilegal y que utilizan altas dosis de mercurio; y gran parte de la producción de droga del Vraem se traslada por vía terrestre, lacustre y aérea a Bolivia, existiendo no menos de cinco vuelos diarios clandestinos, que transportan cada uno de 300 kilos a 400 kilos de droga.

Esta agenda, aunque diversa, puede parecer poco ambiciosa para dos países vecinos, pero las grandes diferencias en los modelos de desarrollo marcan límites. En todo caso, en la medida en que los acuerdos de este primer Gabinete se vayan implementando, se ganará confianza y se podrá avizorar otros ámbitos de cooperación. Lo importante es que estas reuniones se mantengan y se cumpla lo pactado, para lo cual la voluntad política de los presidentes de turno será determinante.