"A Japón le ha ido mejor que a EE.UU. y muchos países europeos. Pero las tasas de infección aumentan y el lanzamiento de la vacuna ha sido lento". EFE
"A Japón le ha ido mejor que a EE.UU. y muchos países europeos. Pero las tasas de infección aumentan y el lanzamiento de la vacuna ha sido lento". EFE
/ KIMIMASA MAYAMA
Koichi Nakano

La carrera de relevos de la antorcha que abrió losdesde 1936 comenzó el jueves desde Fukushima, , con un retraso de un año debido a la pandemia de coronavirus. Los Juegos se llevarán a cabo este verano, dijo el domingo el primer ministro Yoshihide Suga, “como una prueba de la victoria de la humanidad sobre el nuevo coronavirus”, aunque no hay señales de que Japón, y mucho menos la humanidad, vaya a derrotar al coronavirus en el corto plazo.

A Japón le ha ido mejor que a EE.UU. y muchos países europeos. Pero las tasas de infección aumentan y el lanzamiento de la vacuna ha sido lento.

La semana pasada, Japón anunció que los espectadores extranjeros no podrán asistir a los Juegos. La decisión parece haber sido en parte una concesión a la opinión pública. Entonces, ¿por qué Japón sigue adelante con los Juegos Olímpicos, en contra de las objeciones del público, mientras que la pandemia sigue siendo un importante problema de salud pública? La respuesta es familiar: colusión entre las élites.

El mandato de Suga como presidente del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) finaliza en setiembre y las elecciones legislativas deben ser convocadas a finales de octubre. Parece estar contando con un bombardeo mediático con efectos positivos alrededor de los Juegos para mejorar su debilitada popularidad. Este verano heredó de Shinzo Abe un cargo de primer ministro manchado por numerosos escándalos, y ha agregado algunos propios.

Tomemos como ejemplo a Dentsu, la empresa de publicidad y relaciones públicas más grande de Japón y la agencia de marketing exclusiva de los Juegos de Tokio 2020. Dentsu tiene vínculos íntimos con el PLD. Según un análisis de las solicitudes de financiación obligatoria del partido por parte del Partido Comunista Japonés, el PLD pagó US$100 millones a Dentsu entre el 2000 y el 2018. Dentsu, a su vez, ha hecho generosas donaciones a la campaña electoral del partido. La participación de Dentsu en los Juegos Olímpicos de Japón es problemática.

Tokio 2020 es el evento más patrocinado en la historia de los Juegos, con US$3,1 mil millones recaudados de empresas japonesas, gracias a Dentsu.

La pandemia aún podría descarrilar los Juegos Olímpicos de Tokio. Tanto los atletas como las celebridades se han retirado del relevo de la antorcha por preocupaciones de infección, y algunos equipos nacionales podrían retirarse de la competencia por completo. Sin embargo, si se celebran los Juegos, será una hazaña de connivencia arraigada entre las élites políticas y mediáticas de Japón, y una victoria para sus esfuerzos por cambiar la opinión pública a tiempo para las próximas elecciones.


–Glosado y editado–

© The New York Times