Los planes económicos de la segunda vuelta, por Elmer Cuba
Los planes económicos de la segunda vuelta, por Elmer Cuba
Elmer Cuba

Los partidos no son centros de estudios ni tienen asociados a ‘think tanks’. Usualmente sus planes de gobierno no contienen un marco lógico, ni diagnósticos adecuados ni prescripciones de política económica para alcanzar diversos objetivos. Mucho menos contienen los impactos fiscales involucrados.

La mayoría de agrupaciones realmente existentes no produce planes ni tienen equipos profesionales listos para tomar el control del Ejecutivo. La mayoría de los ministros del futuro gobierno todavía no saben que lo serán. 

A escala formal, existen los planes de gobierno porque así lo pide el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), pero es letra muerta si el público no exige su cumplimiento al elegido. El pueblo debe elegir al nuevo gobierno con un mandato claro. Ese mandato político se debe ejecutar. ¿Cuáles son las plataformas políticas que se perfilan como finalistas tras la primera vuelta? ¿Para qué quieren llegar al poder? ¿Qué mandato les está pidiendo al elector? 

Para Fuerza Popular, el modelo económico de la Constitución de 1993 ha sido exitoso, pero insuficiente. Esto por la acción deficiente del Estado en sectores económicos populares emergentes (tradicionales, artesanales o informales) y porque no ha cerrado brechas de acceso en servicios públicos básicos como educación, salud y agua.

Por ello, plantea una reforma institucional ambiciosa y de amplio espectro: instituciones inclusivas, eficientes, rendidoras de cuentas y abiertas. Se trata de que los ciudadanos se apropien de su esfuerzo. Hasta aquí, maravilloso.

En cuanto a la reactivación, se observa que la inversión privada habría caído por regulaciones, falta de infraestructura, falta de predictibilidad en procesos administrativos, limitada competencia y regulaciones tributarias y laborales deficientes. Las propuestas son emplear el Fondo de Estabilización Fiscal (FEF) para inversiones públicas, buscar cofinanciamientos, crear una unidad de gestión de inversiones, indicadores de Doing Business regionales. Mal diagnóstico, buenas propuestas.

Con respecto al estancamiento del comercio exterior, se observa que este no obedecería a la situación internacional, sino a la “denegación de la devolución de impuestos por parte de Sunat”. Ni un practicante de mala universidad. Se propone a las pymes tributación cero en los dos primeros años e IGV justo. Simplemente inverosímil.

Acerca del tema laboral, se observan la ausencia de empleo formal y pocos recursos para supervisión. Se propone una nueva Ley General del Trabajo, más recursos a la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) y ampliarla a regiones, fraccionar las deudas laborales e incentivos tributarios para buenas prácticas laborales y capacitación. No hay un buen diagnóstico y las medidas son débiles para el problema.

Con respecto a Peruanos por el Kambio, la reducción del IGV de 18% a 15% es la vara mágica. Provocará mayor gasto privado, formalizará las empresas y aumentará la recaudación. Propuesta débil para un tecnócrata reconocido.

Además, las pymes podrán elegir entre 10% de Impuesto a la Renta (hoy en 30% si reparten utilidades) o 2,5% de las ventas (hoy es 1,5% de ventas netas). El actual régimen no ha sido exitoso y el planteado no es superior... Sin palabras.

En cuanto a la infraestructura, el programa económico es bueno. La idea es desarrollar los principales proyectos en cartera.

PPK tiene la ventaja de su prestigio y su pragmatismo. Su presencia misma sería un golpe en las expectativas empresariales, pero debe acompañarla con buenas políticas. Si aplica su programa tal cual, puede abrir el déficit fiscal sin mucho éxito reactivador. Plantea que grandes empresas puedan descontar el íntegro de su inversión física contra el monto imponible.