"La democracia, el Estado de derecho y la libertad de expresión no significan nada a menos que existan periodistas independientes". (Ilustración: Giovanni Tazza)
"La democracia, el Estado de derecho y la libertad de expresión no significan nada a menos que existan periodistas independientes". (Ilustración: Giovanni Tazza)
Kate Harrisson

Hoy celebramos el . En nuestra época moderna de smartphones, tabletas e Internet, uno podría pensar que nuestra forma de acceder a la información y a las noticias es más democrática e igualitaria. Pero la realidad es lamentablemente otra. Según la Unesco, en 131 países existe la percepción de una declinante . Y con 80 periodistas asesinados y más de 300 detenidos, el 2018 ha sido el peor año en la historia de abusos contra periodistas. Estas cifras no nos dan nada por celebrar.

Sabemos que la es un elemento crítico para la democracia y el desarrollo. Todos tenemos el derecho a la libertad de opinión y de expresión. Tenemos el derecho de buscar, recibir y difundir información e ideas a través de cualquier medio de difusión sin limitación de fronteras, tal como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Pero existen en nuestro mundo actores y fenómenos que están amenazando este derecho: gobiernos opresivos y mal intencionados, censuras a la libertad de expresión y la desinformación, lo que se conoce como ‘fake news’. Para mí, no cabe ninguna duda, la libertad de prensa está amenazada a través del mundo. Uno solo tiene que mirar lo que está pasando en Venezuela donde el pueblo venezolano no tiene acceso a la información o la verdad por falta de medios independientes y libres de presión y censura estatal.

América Latina es la segunda región más peligrosa en el mundo para periodistas, con 125 periodistas asesinados entre el 2012 y el 2016, muchos de ellos víctimas del poder de los narcotraficantes en México y América Central. Nueve de cada 10 de estos casos quedan sin justicia. Existe también violencia online contra periodistas: insultos, amenazas y comentarios ofensivos de carácter sexual a mujeres periodistas solo por su género y por hacer su trabajo, especialmente cuando son periodistas investigando casos de corrupción.

Según Transparency International, la tendencia es que, a mayor libertad de prensa, menor corrupción en un país. Una prensa valiente y responsable disuade a los poderosos de abusar de su posición, promueve la democracia y cimenta el Estado de derecho. Por eso necesitamos apoyar a periodistas independientes que puedan hacer rendir cuentas a los que están en posiciones de poder.

Publicar la verdad no es un delito – es la verdad y es de interés público–. Pero la verdad se comunica con responsabilidad, criterio, y un riguroso fact-checking (la verificación de datos) sin caer en la tentación sensacionalista del llamado clickbait.

La democracia, el Estado de derecho y la libertad de expresión no significan nada a menos que existan periodistas independientes que puedan hacer rendir cuentas a los poderosos –inclusive a mi gobierno–. La BBC, por ejemplo, es el medio público más grande del mundo, pero es una entidad plenamente independiente.

Me complace en anunciar que el 10 y11 de julio, el Reino Unido, junto con Canadá, organizará una conferencia internacional en Londres sobre la libertad de medios. El objetivo es congregar a los países que crean en esta causa para impulsar un consenso que respalde la protección del periodismo y hemos invitado el Gobierno Peruano a participar en este importante encuentro internacional. Para ayudarnos en nuestra labor y dar visibilidad a nuestra campaña global, el canciller británico Jeremy Hunt designó a Amal Clooney, abogada internacional especializada en derechos humanos, su enviada especial para la libertad de prensa.

En el Perú, vamos a realizar en los próximos meses una serie de actividades para fortalecer un periodismo independiente y de calidad, con un enfoque especial en las regiones. Espero contar con el valioso apoyo de todos los ciudadanos peruanos fieles a la democracia, la verdad, y la libertad de expresión.