¿Qué sucede con la inversión privada?, por Jorge González I
¿Qué sucede con la inversión privada?, por Jorge González I

En los últimos años la inversión privada en el Perú ha registrado tasas negativas de crecimiento: -2% en el 2014, -4% en el 2015 y -4,7% en el primer trimestre del 2016. Para el segundo trimestre de este año, se espera que la tasa sea también negativa. 

La inversión privada representa el 22% del PBI, por lo que su comportamiento tiene implicancias directas en el gasto privado, la demanda agregada interna y el crecimiento económico de corto y largo plazo. No puede haber reactivación económica si no se reactiva la inversión privada. Por ende, es importante establecer cuáles son las causas del comportamiento descrito y sus posibles remedios. 

En términos de largo plazo, la inversión privada aumenta estimulada por el desarrollo de nuevas tecnologías e innovación, por el crecimiento poblacional y por el descubrimiento de nuevos recursos. Sin embargo, existen otras razones para períodos más cortos.  

Un enfoque sostiene que las decisiones de invertir están principalmente influenciadas por las expectativas futuras de los agentes económicos sobre el comportamiento de la economía, el marco regulatorio, la estructura impositiva de largo plazo, el marco de estabilidad política y social y su incidencia sobre la dinámica de las inversiones. Es decir, las expectativas son la variable clave. 

Cuando estas expectativas se deterioran, los inversionistas se tornan pesimistas, disminuye la inversión y, en consecuencia, el crecimiento. Por otro lado, cuando retorna la confianza del inversionista, la economía se recupera. La recomendación sería tratar de cambiar dichas expectativas con medidas tanto en el ámbito económico (mediante reformas estructurales, por ejemplo) como en el político y el de carácter social e institucional. 

El segundo enfoque sostiene que si los agentes económicos perciben que el gasto agregado futuro de la economía será fuerte y permanente, entonces tendrán incentivos a invertir para expandir la capacidad productiva; de lo contrario, contraerán su inversión. Aquí lo relevante es el comportamiento de la demanda agregada futura, por lo que si queremos reactivar la inversión privada deben tomarse medidas para expandir el gasto agregado mediante política fiscal o monetaria expansiva para lograr que la economía crezca a un mayor ritmo.

Considero que, en el caso peruano, los dos enfoques son aplicables, aunque diferenciando temporalidad. A esto habría que agregar el efecto directo de la caída del precio de los commodities sobre la inversión minera. ¿Pero qué se podría recomendar para que la inversión privada se reactive? Creo que las siguientes medidas serían interesantes de evaluar:

1. Que el gobierno promueva directa e indirectamente una fuerte inversión en infraestructura.

2. Que de manera conjunta, el gobierno y el sector privado promuevan reformas del marco legal que regula la inversión así como de la estructura impositiva.

3. Estudiar la posibilidad de usar temporalmente el mecanismo de ‘tax credit’.

4. Promover la inversión privada y pública en investigación y desarrollo para fomentar la aparición de nuevos productos y actividades económicas.

5. Continuar promoviendo fuertemente exportaciones con mayor valor agregado mediante la apertura de nuevos mercados en zonas de alto crecimiento.

6. Evitar la reducción de impuestos al consumo (IGV).

7. Finalmente, si se desea reducir impuestos, que sean a los ingresos por las externalidades positivas que esta medida genera en el largo plazo. No obstante, habría que esperar que la economía se encuentre en un mejor momento. No ahora.

En resumen, es de suma importancia reactivar el crecimiento de la inversión privada a la brevedad si queremos que en los próximos doce meses la economía crezca a tasas acordes a su producto potencial.