Vizcarra está proponiendo una agenda de acción republicana que va a cambiar las reglas de juego de la institucionalidad pública. (Foto: Presidencia)
Vizcarra está proponiendo una agenda de acción republicana que va a cambiar las reglas de juego de la institucionalidad pública. (Foto: Presidencia)

Para Maquiavelo, un gobernante debe tener no solo virtud sino también fortuna. Es decir, no solo basta con tener principios, valores y talentos, sino que además debe tener fortuna para que esta sea aprovechada con éxito. , por ejemplo, tuvo fortuna al ser elegido presidente, pero careció de la virtud suficiente para desempeñarse de manera correcta. En el caso de , fue la fortuna la que lo llevó a ser presidente, pero fue su virtud la que logró posicionarlo como un gobernante querido y legitimado por el pueblo.

Al cumplir los 100 días de gestión ya había visitado 21 regiones, generando empatía dentro del país. Al no tener apoyo del Congreso, Vizcarra se acercó a gobernadores mostrando una actitud dialogante. La apertura, horizontalidad y empatía son cualidades que aparecen en los libros de más vendidos.

John Maxwell, en “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, sostiene que este no puede ser transmitido solo por un cargo sino que necesita ser ganado, y que generar confianza es la base del liderazgo. Vizcarra ha sabido generar confianza a partir de su discurso del 28 de julio, a tan solo cuatro meses de haber tomado el mando. Había mucha expectativa en dicho discurso, que supo afrontar con solidez, carisma y firmeza anunciando propuestas de cambios estructurales para el país. De hecho, Max Weber propuso que un tipo de dominación legítima es aquel que se desarrolla por medio del carisma y de la generación de confianza, los que se logran por aptitudes extraordinarias o fuera de la cotidianidad política. En el caso peruano, Vizcarra asume con fortaleza un gobierno que había perdido su norte, lo que fue bien recibido por la gente. Durante mucho tiempo se sintieron ganas de un presidente, de ser presidente.

Pero Vizcarra no solo tomó decisiones, sino que pidió un referéndum para que la ciudadanía entera se involucrase en estas. Esto, según John Kotter, es lo que caracteriza a un líder democrático. No obstante, para este autor no siempre es bueno serlo, sino que es importante también ser orientativo y marcar la ruta, cosa que Vizcarra ha sabido hacer con la y su discurso de la lucha contra la . Sin embargo, una idea importante de Kotter es que lo que de verdad hacen los líderes es preparar a las organizaciones para el cambio y ayudarlas a enfrentarlo mientras lo atraviesan. Vizcarra está proponiendo una agenda de acción republicana que va a cambiar las reglas de juego de la institucionalidad pública. Vizcarra se ha concentrado en lo importante, mientras que la mayoría de políticos y funcionarios públicos se enfocan en lo urgente.

Regresar de Brasil y proponer una ley para reformar el Ministerio Público en pleno Año Nuevo son reflejos políticos que demuestran que nuestro presidente no solo es estratega, sino también táctico.

Por otro lado, para Aristóteles, un gobernante con excelencia debe siempre conducir a la sociedad dentro del marco de la ley. Lo mismo sucede con los ilustrados John Locke y Jean Jacques Rousseau. El discurso de Vizcarra siempre ha ido por el respeto de las normas constitucionales. Cuando se ha tenido que enfrentar a los abusos del Congreso o del Ministerio Público, lo ha hecho siempre con la ley en la mano.

No obstante, en la política, así como en el fútbol, para ganar un partido se necesitan goles. No basta con jugar bonito y limpio. Vizcarra debe tangibilizar su liderazgo en acciones que la ciudadanía sienta. De lo contrario, el discurso se agotará y su imagen se debilitará. No descuidar aspectos urgentes y muy importantes como la mejora de la calidad de vida y destrabar grandes proyectos de inversión pública y privada deberán ser su caballito de batalla en el 2019.