El partido entre Valencia y Atalanta, por los octavos de final de la Champions League, lució un Mestalla vacío por la pandemia del coronavirus COVID-19, que tiene en aislamiento al mundo. Sin fecha fija para que el fútbol regresa a las principales ligas del planeta, la gran pregunta que asoma es qué pasará después. (Foto: Reuters)
El partido entre Valencia y Atalanta, por los octavos de final de la Champions League, lució un Mestalla vacío por la pandemia del coronavirus COVID-19, que tiene en aislamiento al mundo. Sin fecha fija para que el fútbol regresa a las principales ligas del planeta, la gran pregunta que asoma es qué pasará después. (Foto: Reuters)
/ UEFA / HO
Julio Vizcarra Torres

La pandemia del está mostrando la fragilidad del mundo en el que vivimos. Confinados, buscamos alejarnos de una que va derrumbando no solo naciones, sino también certezas. En este presente de mascarillas y reuniones virtuales, la pregunta que asoma es qué vendrá después. Por ejemplo, en el fútbol, que sufre a pesar de los millones que maneja, se habla de crisis.

La paralización afecta a todos los componentes que rodean al balón y a los jugadores, los principales protagonistas que no necesariamente tienen los roles de actores principales. Sin embargo, este podría ser el escenario preciso para un punto de inflexión en el deporte rey.

El impacto de esta enfermedad que tiene enjauladas a las naciones se verá reflejado en el próximo mercado de transferencias, que maneja cifras de escándalo, sobre todo, en Europa. Desde que en el 2017 Neymar pasara al PSG procedente del Barcelona, a cambio de la escandalosa suma de 222 millones de euros, todo se rompió. Ahora es normal que el monto mínimo se fije en 100 millones de la moneda que reina en el Viejo Continente. Basta con recordar los casos de Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé cuando pasaron al Barcelona.

El fútbol pos-COVID-19 tendrá que reajustarse en cifras. De hecho, ya lo está haciendo en sueldos. Difícilmente, esos números llenos de ceros se mantendrán, por lo que podría traer mayor equilibrio a la hora de conformar los planteles en el futuro. Los tiempos en los que un jugador como Ronaldo, el ‘Fenómeno’, dejaba el Barza para ponerse la camiseta del Inter de Milán por 24 millones de euros podrían regresar, en cierta medida.

Por otro lado, será la oportunidad para que la FIFA, UEFA, Conmebol y demás organismos que manejan los ritmos de la pelota fuera de las canchas establezcan calendarios menos saturados, que beneficien a los futbolistas, así como al espectáculo. El propio Gianni Infantino lo planteó hace algunos días.

Quizás podamos reformar el fútbol mundial dando un paso atrás. Con formatos distintos. Menos torneos, pero más interesantes. Menos equipos, pero más igualados. Menos partidos para proteger la salud de los jugadores”, señaló el presidente de la FIFA a “La Gazzetta dello Sport” de Italia, uno de los países más golpeados por el coronavirus.

Pensando en cómo terminar las principales ligas europeas, al igual que la Champions League, y habiendo aplazado la Eurocopa y Copa América para el próximo año, estos meses de incertidumbre deberían traer la convicción de darle un vuelco al formato actual.

Esta pandemia también debería marcar un antes y un después en los planes de las distintas federaciones. La semana pasada, la Asociación Uruguaya de Fútbol envió al seguro por desempleo a sus funcionarios, incluido el comando técnico de la selección celeste. Una medida de emergencia frente a la crisis económica. Totalmente distinto a lo dispuesto por la Federación Ecuatoriana de Fútbol.

En el país norteño, golpeado tanto hasta el extremo de abandonar cadáveres en sus calles, anunció una estrategia que contempla, entre otros puntos, un nuevo presupuesto, cambios en los formatos y calendarios de los torneos, cancelación de viajes, revisión y suspensión de contratos de proveedores no esenciales.

Por ahora, solo hay fechas tentativas para que el balón vuelva a rodar en los principales campeonatos del mundo. Mientras tanto, el futuro se juega en los escritorios.

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¿Cuáles son los síntomas del nuevo coronavirus?

Entre los síntomas más comunes del covid-19 están: fiebre, cansancio y tos seca, aunque en algunos pacientes se ha detectado dolor corporal, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta y diarrea. Estos malestares pueden ser leves o presentarse de forma gradual; sin embargo, existen casos en los que la gente se infecta, pero no desarrolla ningún síntoma, precisó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, la entidad dio a conocer que el 80 % de personas que adquieren la enfermedad se recupera sin llevar un tratamiento especial, 1 de cada 6 casos desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar, la gente mayor y quienes padecen afecciones médicas subyacentes (hipertensión arterial, problemas cardíacos o diabetes) tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave y que solo el 2 % de los que contrajeron el virus murieron.

¿Cómo se contagia el coronavirus?

La covid-19 se contagia por el contacto de una persona sana con otra que esté infectada. Esta enfermedad se propaga de persona a persona mediante las gotículas procedentes de la nariz o boca cuando el que se encuentra enfermo tose o exhala.

En muchos casos, estas gotículas caen sobre objetos o superficies, que después tocan otros individuos y se llevan a la nariz, ojos o boca cuando pasan sus manos por la cara.

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