El Comercio es el decano de la prensa peruana.
El Comercio es el decano de la prensa peruana.

Aun antes de que se me encargara la dirección periodística de El Comercio, tenía una gran curiosidad que al día de hoy no puedo saciar completamente: saber cuál fue la sensación de aquella persona que el 4 de mayo de 1839 tomó entre sus manos una hoja, impresa por ambas caras, y supo, mientras la leía, que estaba frente al inicio de un gran proyecto para el periodismo en el Perú. Ese día nacía el diario El Comercio y, junto con él, nacían un lector y un redactor.

El Comercio ha sido testigo de los hechos más importantes del país y el mundo, los ha registrado y contado, y en esa faena, se ha reinventado hasta llegar a la era digital con éxito. Hoy, la adrenalina de un cierre ya no es solo por la noche, sino que es una de veinticuatro horas, viviendo la noticia desde que nos despertamos y revisamos el celular para conocer el panorama nacional e internacional y discutir, en la redacción, qué es lo más relevante para que los ciudadanos tomen decisiones mejor informados.

Hoy nos encontramos en medio de una transformación digital. Con esta, los periodistas de El Comercio nos ponemos a la vanguardia. Pasamos de pensar en un texto a complementar el tema con un video documental, un explicativo, un podcast y diversos formatos que nos permiten poner nuestro contenido en las plataformas que consume no solo el país, sino el mundo.

En esta búsqueda de procurar lo mejor para nuestras audiencias nacieron campañas como No Te Pases, nominada a los INMA Global Media Awards 2019 y Premios Anda 2019, o el VIII Premio de Periodismo Iberoamericano de IE Business School –del que fuimos ganadores–, al igual que en octubre pasado el XIV Premio Anual Ramón Remolina.

También hay que destacar la campaña de El Comercio con el Grupo de Diarios de América contra las ‘fake news’, así como el lanzamiento a fines del 2018 del Proyecto Perú 2050, una hoja de ruta de desarrollo para el país.

“La hoja de un periódico no está hecha solamente con papel y con tinta. Está hecha con el alma”, decía Aurelio Miró Quesada Sosa. Y en general todo lo que alberga una pasión no está hecho de cosas visibles. Nuestra pasión siempre tiene un repositorio y es lo que vemos día a día. En este caso, el Diario es el gran repositorio de casi doscientas personas en la redacción que de lunes a domingo trabajan para que nuestros lectores estén informados; eso se hace con pasión y talento.

Tenemos, por supuesto, nuevos y diversos retos por delante, pero también la seguridad de que cumpliremos con ellos, gracias a una transmisión de valores y mística que lleva 180 años, mística que se siente en el aire al entrar a nuestro edificio, que está tallada en la pared y que se ha mantenido de generación en generación.

Así, las personas que integraron e integran la redacción de este Diario han sido y serán siempre el activo más valioso con el que contamos. Ellos son los que hicieron y hacen que en El Comercio se escriba y se cuente al Perú.

Creo que nunca podré saber qué sintió ese lector que tuvo en sus manos la primera edición de El Comercio o ese redactor de los primeros años. Pero sé que lo más cercano para entenderlo es el lector de estos tiempos y mis compañeros en la redacción, porque, como decía, puede cambiar todo nuestro contexto, pero no cambia la mística, eso no sucede en El Comercio. Cada día de estos 180 años ha renacido un lector y un redactor. Es entonces, como decía don Aurelio Miró Quesada Sosa: “El periodismo es aquello que es fugaz y, a la vez, permanente”.