(Ilustración: Víctor Aguilar)
(Ilustración: Víctor Aguilar)

Estamos entrando a un tercer momento de la dinámica política que se inició con la pandemia. El primero estuvo marcado por el enorme entusiasmo generado por la velocidad de la respuesta del Gobierno y el liderazgo del presidente Martín Vizcarra. Poco a poco, sin embargo, este se fue diluyendo y lamentablemente –por responsabilidad de gobernantes y gobernados– las extensiones de la cuarentena se tornaron incumplibles para muchos y, por lo tanto, ineficaces. Persistir en algo que ya no servía fue muy duro para la economía y, por extensión, para la calidad de vida de la gente.