"La Copa Mundial de la Rifa", por Pedro Canelo
"La Copa Mundial de la Rifa", por Pedro Canelo
Pedro Canelo

A le dicen ‘Santa Claus’, pero hoy nadie quisiera recibir sus regalos. Si tuviéramos que comparar el último con el escándalo de Watergate, el barbón Blazer sería ‘Garganta Profunda’, ese informante subterráneo que en 1972 se tumbó la torre del poder en Estados Unidos, con el entonces presidente Richard Nixon incluido dentro de la bolsa negra de los difuntos políticos. Mientras fue alto directivo del fútbol internacional, Blazer confesó que recibió sobornos para favorecer la elección de dos sedes mundiales (Francia 98 y Sudáfrica 2010). Su testimonio hoy es arma letal para hacer explotar el corazón de ese gigante voraz llamado FIFA. El estadounidense con nombre Chuck más destructivo del mundo no se apellida Norris, sino Blazer.

Ni Ricky Martin con su más festiva interpretación de “La copa de la vida” ni Shakira bailando con saludable prestancia el “Waka Waka” podrán salvar los mundiales del 98 y 2010 de la triste música de la vergüenza. Blazer, cuando fue presidente de la Confederación de América del Norte, Central y el Caribe, recibió una módica propina de un millón de dólares por “colaborar” en elecciones de estas sedes mundialistas. Dicho sin filtros, ni diplomacia: vendió su voto. ‘Santa Claus’ no podrá escapar ni con trineo de la justicia. El próximo llamado al confesionario judicial será el secretario general FIFA, Jerome Valcke, el brazo derecho de Blatter. Esta copa mundial de la rifa recién está jugando su primera ronda, todavía falta repartir los premios mayores.

Así como en 1976 se estrenó “Todos los hombres del presidente” para retratar la caída de Nixon, no debería sorprender que pronto se filme una película sobre el ‘Fifagate’. Un director ideal para este inminente éxito de taquilla sería Francis Ford Coppola. Esos saludos con besos en la mejilla en Zúrich después del triunfo de Blatter en las votaciones parecían adelantos de la cuarta entrega de “El Padrino”. Pleitesía total a Sepp, al verdadero capo, como si fuera un Vito Corleone del fútbol haciendo pacto eterno con la inmunidad.

en las portadas de los diarios fue como enterarse de la caída de un dictador casi invencible. Es la primera y quizá única oportunidad para que el fútbol pueda fumigar hasta el último de sus rincones. En el Caso Watergate pasaron casi dos años para que el pez gordo muerda el anzuelo. Chuck Blazer solo es el primero de muchos. Diego Maradona, un opinólogo incesante en temas FIFA, ha dicho que el tiempo le ha dado toda la razón. Puede ser, pero en algo sí te equivocaste ‘Pelusa’: la pelota sí se mancha.