"Al acercarse las elecciones empezarán a aparecer decenas de encuestas, muchas con datos distintos y hasta contradictorios sobre las preferencias de los peruanos".
"Al acercarse las elecciones empezarán a aparecer decenas de encuestas, muchas con datos distintos y hasta contradictorios sobre las preferencias de los peruanos".
Rolando Arellano C.

Al acercarse las elecciones empezarán a aparecer decenas de encuestas, muchas con datos distintos y hasta contradictorios sobre las preferencias de los peruanos. Debemos estar alertas al guiarnos sobre sus resultados, porque al igual que tener 38º de temperatura puede ser considerado peligroso en un adulto mayor pero no en un niño pequeño, tener 38% de aprobación en una encuesta puede tener diversas interpretaciones. Porque, como los datos del termómetro, las encuestas no se leen, sino que se interpretan. Veamos.

Primero debería verse si el termómetro es correcto. Así, por ejemplo, debería descartarse el dato de 38% de preferencia por un candidato si este es dado por una encuestadora desconocida mientras la mayoría le asigna entre 7% y 10%. Después se debe analizar si los encuestados representan a la población total o tienen limitaciones como no haber ido a determinadas zonas o haber excluido a quienes no tienen Internet. Los datos varían si la temperatura se toma en la boca o en la axila, o en el potito, como en los bebes.

Luego debe analizarse si las preguntas orientan o no a las respuestas como sería el caso de preguntar “¿le gustaría que el gobierno baje los precios de los alimentos?” sin poner el contrapeso de “o prefiere que estos se fijen por acuerdo entre vendedores y compradores?”. Y también ver si hay series que orientan a una respuesta, como ¿cree usted que debería permitirse gobernantes corruptos? y después ¿está usted de acuerdo con la vacancia del presidente? Al poner el termómetro debe cuidarse de bajar el nivel anterior.

Y al momento de interpretar hay que analizar muy bien el sentido de las preguntas. Porque si a un grupo de 10 amigos, donde uno de ellos ha sufrido un robo violento, se le pregunta ¿ha sufrido usted un robo violento? La respuesta sería 10%. Pero sería 100% si se preguntara ¿usted o alguno de sus conocidos han sufrido un robo violento? Así como no es lo mismo Celsius que Farenheit, un pequeño detalle en la pregunta puede cambiar todo el resultado.

¿No se debe entonces creer en las encuestas? Al contrario, ellas son muy útiles, pues la alternativa es usar solo la intuición, cuyas posibilidades de error son inmensas. Pero, sabiendo que ninguna encuesta refleja exactamente la realidad, para usarlas debemos tomar en cuenta todas las distorsiones existentes en su realización. Un analista capaz, y bien intencionado, tomando en cuenta los problemas de muestreo y de la forma de preguntar, dará una visión más certera de cómo verdaderamente piensa la población. Es decir, las usará como los médicos usan los termómetros, como información importante, pero valiosa solo si tiene el buen juicio del analista. Que tengan una gran semana.