“Flash Count Diary” es también una crítica al secreto, la vergüenza y el miedo que siguen rodeando a la menopausia
“Flash Count Diary” es también una crítica al secreto, la vergüenza y el miedo que siguen rodeando a la menopausia
Daniela Meneses

“Para cualquiera con ovarios, la es un hecho de la vida –uno que parece, quizás, mundano en su inevitabilidad–. Pero, de hecho, la menopausia es una rareza biológica, una que los científicos no han logrado entender completamente”. Así comienza un artículo en el “New York Times” sobre la menopausia en las orcas, una de las pocas especies que, además de los humanos, la atraviesa.

En el recién publicado “Flash Count Diary” (algo así como ‘el diario donde se lleva la cuenta de los bochornos’), la escritora Darcey Steinke cuenta haber leído esa nota luego de una noche sin dormir, producto de los sudores nocturnos. La escritora estadounidense pasó a obsesionarse con las ballenas, en las que encontró un referente de la menopausia que le era esquivo entre los humanos.

Steinke habla de Lolita, que pasa sus cincuentas encerrada en un acuario en Miami. Habla de su encuentro con Granny, la ballena que entonces tendría más de cien años, en la costa de Washington. De las experiencias que enfrenta su cuerpo: “Me saco mis mantas y siento […] que las flamas me están quemando desde mis órganos internos pasando por mis músculos y hacia mi piel. Escaparía, pero ¿cómo escapa uno de su propio cuerpo? Cada cabello es un delgado foco eléctrico calentando mi cabeza”. Y de aquellos testimonios de otras personas para las que la menopausia no ha sido fácil. “Los bochornos son tan severos para mí que temo que vendrá un infarto y moriré”. “Mis bochornos comienzan con... miedo”. “Son como ataques de ansiedad sorpresa de cuatro minutos”.

Quizás lo más conmovedor del libro, sin embargo, sucede cuando Steinke nos hace enfrentarnos a aquello que trasciende lo físico. “Aunque nadie quiere decirlo en voz alta, la menopausia es sobre la pérdida; es sobre la partida. Cada bochorno me recuerda mi corporalidad, mi mortalidad. Con cada calor, mi psique es empujada a comprender lo que no quiere dejarse saber: que no es inmortal. […] Se trata también de una oportunidad poco común, si es enfrentada directamente, de aceptar las limitaciones del yo”.

“Flash Count Diary” es también una crítica al secreto, la vergüenza y el miedo que siguen rodeando a la menopausia. Sentimientos que, quizás, puedan comenzar a cambiar con libros como este. Y con conversaciones más honestas, como las que pedía la escritora Lisa Davis en una columna en el “New York Times”: alguien, un doctor, una amiga, te debería sentar a los 45 años y hablarte de la preparación emocional y física que se requiere al llegar a la mediana edad. “Pero claro, nadie lo hace”.

La obra de Steinke, aunque presenta testimonios de otras personas, no deja de ser personal. Hay mucho que no cubre. Por ejemplo, los sentimientos de vergüenza y angustia que enfrentan muchas personas durante los bochornos, sentimientos que las llevan a usar “estrategias como evitar situaciones sociales, cubrirse la cara y usar ventiladores o trapos húmedos” (Asociación Británica de Psicología). Tampoco el importante asunto de la menopausia en la oficina, un tema que requiere ser conversado y sobre el que incluso el Gobierno Británico ha publicado hace poco un reporte. ¿Nuestras oficinas tienen guías para que los empleados se informen de la menopausia y de cómo hablar sobre ella en la oficina; ponen duchas a disposición de los empleados y ventiladores portátiles en los escritorios; o toman en cuenta que los uniformes apretados y de material sintético no son ideales durante los calores?

“Flash Count Diary” tiene la capacidad de exponernos a una realidad conmovedora que antes no nos habíamos preocupado por ver.