"Fiorella", por Milagros Leiva
"Fiorella", por Milagros Leiva
Redacción EC

A Fiorella Nolasco Blas la cuidaremos todos los peruanos. Aunque sea lo último que hagamos como personas solidarias que somos, nos encargaremos de que nada malo le suceda, diremos claro y fuerte que ni una sola bala más caerá en su historia, porque no es justo, porque basta ya de hacernos los desentendidos. El ministro del Interior, la ministra de la Mujer, el mismo presidente Humala tiene que decirnos que la pesadilla de Fiorella acabará. Que sí van a encontrar a los asesinos de , que sí descubrirán todo lo que sucede con César Alvarez y su gobierno regional.

        ¿Qué va a ser de tu vida?, le pregunto después de conocer su historia y temblar con ella. Fiorella no piensa en su futuro. ¿Qué es la vida para empezar? Hace cuatro años estaba en su cuarto cuando escuchó unos disparos; cuando corrió hacia el eco del sonido encontró a su hermano en el suelo, muerto, asesinado por quienes amenazaban a su padre. A su padre Ezequiel lo vio herido, gritando, denunciando que el autor intelectual era César Álvarez, que en Áncash una mafia mata a los rivales. Como si la vida fuera una inexplicable sucesión de interrogantes, hace dos semanas Fiorella estaba durmiendo cuando escuchó que su perro ladraba y se levantó; fue a la habitación de su padre para ver si ya había llegado de viaje y luego vio la luz prendida de la sala y la puerta entreabierta y luego el rostro de su madre llorando y todos sus vecinos llorando y un llanto colectivo contándole que a su padre lo habían matado a tiros. ¿Qué es la vida? ¿Alguien le puede explicar a Fiorella?

       Fiorella no cree en nadie, en ninguna autoridad. A veces se pone a llorar y habla con su mamá, a veces se engaña a si misma y dice que es fuerte y valiente y que buscará esa justicia que tarda. Así habla esta muchacha que estaba en cuarto ciclo de Ingeniería Civil cuando la muerte volvió a partir su biografía. ¿Retomará sus estudios?

       Mujeres solas. Así describe Fiorella lo que hoy es su hogar. Se han quedado solas. Su hermana Pamela de 11 años, su madre Martha de 42. Suspira. Su mamá trabaja en una fábrica y llena conservas de pescado, su papá vivía de una pensión por invalidez porque no veía por un ojo, ella también tendrá que trabajar. ¿Quién te ayuda Fiorella? Silencio. Las cosas se las guarda porque no quiere que su mamá se ponga mal, porque tiene que estar fuerte por su hermanita. Así contesta. A ratos cree que todo esto es una pesadilla y que su papá abrirá la puerta, hay instantes en que Fiorella cree que nadie encontrará a los asesinos de su padre, que nadie los meterá a la cárcel como sucedió con los verdugos de su hermano. La mayor parte del tiempo no entiende qué es su vida, solo sabe que al buscar a los asesinos está buscando el descanso de su papá.