"Flor dormida", por Pedro Canelo
"Flor dormida", por Pedro Canelo
Redacción EC

La televisión peruana a veces parece un desordenado laboratorio de científicos locos. Cientos de afiebrados productores buscando todos los días la fórmula perfecta para ganar sintonía y para ser cada día más famoso. Y en ese laboratorio de ficción, allí en una jaula enorme aparece junto a su desesperada necesidad de cámaras. Una mujer que tiene casi treinta años pero que lleva más de veinticinco dando vueltas frente la mirada de los otros como si fuera un conejillo de indias condenado a probarlo todo. Florcita ha bailado como ¿vedette?, fue actriz cómica de discutible suceso pero sobre todo se ha transformado en una peligrosa fábrica parlante que produce escándalos desde que abre la boca. Allí está Flor, dando vueltas sobre su eje como si fuera un hámster de la ciencia en el reality de sus días. Su vida ha sido un experimento, sus días han sido encerrados para siempre en un frío tubo de ensayo.

Flor es el cuy en tómbola de . Fue deformada desde niña para hacer hoy cosas tan extremas como involucrar a su hijo en sus desvaríos mediáticos. Susy Díaz, la ‘Big Mama’ del “show business perucho”, la abandonó al centro de un escenario. Esa nerviosa niña bautizada como Florcita solo cultivó los valores numéricos del ráting. Era inocente, tan inocente como ese pequeño (el pobre nieto de Susy e hijo de Flor) que ha sido rodeado por todas las hienas del amarillismo televisivo.

Los expertos en “farandulogía” peruana dirán que cada vez es más fácil ser famoso en la TV de sabor nacional. Peléate con tu pareja, golpea a tu mejor amiga, enamórate de un competidor de o de una modelo de Ese es el pésimo mensaje que no deja el caso de Flor, su esposo Néstor y su hijo (la verdadera víctima de este ‘figurettismo’ obsesivo). Fórmulas hay muchas pero Susy Díaz las tiene todas. Y Flor, su peor heredera, es una prueba irrefutable de que existe la cadena de involución humana donde cada generación nace con una neurona menos.

El problema no es que exista alguien como Florcita Polo Díaz en el ambiente ¿artístico? Lo trágico es cada uno de sus gritos para llamar la atención encuentran ecos en la carroña del mediodía o de la medianoche. Carlos Galdós en su afán por exhibir la gracia que no tiene le dedicó todo su programa a este drama de la vida real que podría titularse: Doña Flor y sus dos maridos. Hazte fama y échate a la cama. Ese debe ser el único refrán que debe conocer Florcita. Por eso esta semana ha cumplido como niña aplicada cada una de estas lecciones. Hizo el escándalo y se desmayó. Es una Flor dormida enfocada por todas las cámaras. Una Flor marchita que solo despertará cuando se vaya el último de los ‘chacales’.