Janice Seinfeld

“¡Neurología, no hay, por favor! No hay cardiología ni medicina física, ¡no hay! Se acabó. A partir del 20 de abril pueden llamar para mayo”. Así lo anuncia un hombre, megáfono en mano, en la abarrotada sala de admisión del Instituto Nacional de del Niño de Breña, mejor conocido como el del Niño. Y así presentó el domingo pasado el programa “Panorama” un informe de la Contraloría General de la República remitido al Ministerio de Salud (Minsa) en enero último. El documento señala que de esa institución trabajaban en en los horarios en los que debían estar atendiendo en ese hospital. La denuncia compromete nada menos que a los jefes de los servicios de Urología y de Medicina Física y Rehabilitación –esta última reconoció los hechos y ha sido removida del cargo, pero no de la institución, hasta que haya un informe final, señala el reportaje–.

No es una práctica nueva ni aislada, pero eso no la hace menos indignante: marcar tarjeta por la mañana, abandonar sus consultorios con pacientes esperando, ir a atender a sus consultas privadas y luego regresar al hospital para marcar su salida. A fines de mes cobran su sueldo completo del Estado. Ocurre y no se hace nada al respecto.

Pero este no es el único informe de la contraloría alertando sobre irregularidades y actos de corrupción en este hospital. Uno de febrero del año pasado incluía dramáticas cifras globales. Veamos sus promedios. Cada consultorio externo se utilizó en un turno, cuando lo esperado son dos turnos: mañana y tarde. Las camas hospitalarias permanecían desocupadas 3,5 días entre el egreso de un paciente y el ingreso de otro, cuando el estándar máximo esperado es de un día. Al momento del levantamiento de información (enero y febrero del 2022), había 397 pacientes en lista de espera quirúrgica. Emergencia estaba cuatro veces más congestionado que el estándar esperado. En Medicina Física y Rehabilitación, el tiempo que demora un paciente en obtener una cita para consulta externa llegó a los 2.277 días (sí, ¡6,2 años!). Y hubo 111.128 atenciones de pacientes en la consulta externa, cuando la normativa establece que deben ser entre 650.100 y 866.800 atenciones. Es decir, se pudo (y debió) atender a miles de niños que esperan un cuidado especializado.

Hace un par de semanas, la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud) anunció la plataforma nacional TuASusalud, para que los ciudadanos podamos conocer la programación de turnos de los médicos en los sectores público y privado. Pero hasta donde sabemos, no hay noticias de su uso oficial porque, por principio de legalidad, el Estado debe primero establecer cómo y quiénes deben reportar esa información. Por su parte, la Asociación de Clínicas Particulares del Perú (ACP) emitió un comunicado en el que sostiene que este aplicativo “no soluciona el problema de incumplimiento de turnos en el sector público y genera barreras burocráticas para el sector privado”. Sugiere que las instituciones prestadoras de salud del Estado sean mejor fiscalizadas.

Sin duda se requiere mayor fiscalización, además de sanciones efectivas. Pero la transparencia siempre será beneficiosa para luchar contra prácticas corruptas. Y en eso privados y públicos no son compartimentos estancos. La difusión en línea de información de interés ciudadano, como la programación de los turnos del trabajo médico y de otros profesionales de la salud, no tiene por qué esperar. Se estaría dando una verdadera señal de cambio.

A todo lo anterior se le agrega el problema del déficit de médicos. El reporte “Información de recursos humanos en el sector salud-Perú 2021″, elaborado por el Minsa pero con cifras de personal público y privado de todo el país, trae indicadores interesantes. Por ejemplo, confirma la alta heterogeneidad en la densidad de personal de salud en el país. Mientras la Organización Mundial de la Salud recomienda 23 médicos por cada 10.000 habitantes, departamentos como Loreto, Piura, Cajamarca y Puno tienen menos de 10 médicos por cada 10.000 habitantes. Lideran la tabla el Callao (25,55), Moquegua (23,96) y Lima (23,41). En cuanto a médicos especialistas, entre el Minsa, gobiernos regionales y Essalud concentran al 94,2%. No podemos decir, entonces, que no hay un problema que afecta a todo el sector.

Ninguna estrategia de cierre de brechas y de abordaje de déficit de médicos va a resultar si se le saca la vuelta al sistema. No es ilegal que los médicos trabajen en el Estado y en consulta privada, pero sí que lo pretendan hacer simultáneamente. Este “dupleteo” se debe castigar con toda severidad. Sanción social, laboral y legal.

La tradición dice que el médico griego Hipócrates (460-375 d.C.), considerado el padre de la medicina occidental, escribió su hoy famoso juramento para enseñar a sus discípulos a comprometerse con la profesión. Llevar una vida ejemplar donde su propósito no sea otro que el bien y la salud de los enfermos. Para el Perú de hoy: menos hipócritas; más Hipócrates.


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Janice Seinfeld es fundadora y presidenta del Directorio de Videnza Consultores