“Alarmado por todo esto, el gobierno de Trump le está pidiendo públicamente a los países latinoamericanos que no se acerquen demasiado a Beijing”. (Ilustración: Giovanni Tazza)
“Alarmado por todo esto, el gobierno de Trump le está pidiendo públicamente a los países latinoamericanos que no se acerquen demasiado a Beijing”. (Ilustración: Giovanni Tazza)
Andrés Oppenheimer

El gobierno del presidente estadounidense ha lanzado una gran ofensiva de relaciones públicas para contrarrestar la creciente influencia de en . Pero, hasta ahora, le ha ido pésimo.

A principios de esta semana, una nueva encuesta de Cadem en Chile, uno de los aliados más cercanos de en la región, mostró que el 77% de los chilenos tiene una imagen positiva de China, mientras que solo el 61% la tiene de EE.UU.

Lo mismo está sucediendo en otros países latinoamericanos. En México, el 57% de los encuestados tiene una opinión favorable de China, en comparación con un 43% que la tiene de EE.UU., según una encuesta de Latinobarómetro del 2018.

En Argentina, el 51% ve a China favorablemente, en comparación con el 45% que ve a EE.UU. de esa manera. En el Perú, China tiene una opinión favorable del 59%, contra un 56% de EE.UU.

Es cierto que en otros países, como Brasil, Colombia y varios de América Central, EE.UU. sigue siendo más popular que China. Pero el apoyo a EE.UU. en la región está disminuyendo tras varios años de crecientes relaciones comerciales latinoamericanas con China.

El comercio de China con América Latina ha aumentado de US$17.000 millones en el 2002 a US$306.000 millones el año pasado. Y China ya se ha convertido en el principal socio comercial de Brasil, Chile, el Perú y Uruguay.

Alarmado por todo esto, el gobierno de Trump le está pidiendo públicamente a los países latinoamericanos que no se acerquen demasiado a Beijing. Durante una gira por la región en octubre del 2018, el vicepresidente de EE.UU, Mike Pence, criticó la “actividad económica depredadora” de China en América Latina.

Más recientemente, durante una gira por América Latina a principios de este mes, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, dijo que China “inyecta capital corrosivo” en las economías latinoamericanas, “generando la corrupción y erosionando el buen gobierno”.

Los funcionarios estadounidenses dicen que las empresas chinas no están sujetas a leyes drásticas antisoborno, como lo están las estadounidenses. Y señalan que las empresas chinas están perjudicando a América Latina al invertir casi exclusivamente en la extracción de materias primas, lo que profundiza la dependencia de la región de los productos básicos.

¿A qué se debe, entonces, que China salga tan bien en las encuestas? La razón es simple, y se llama Donald Trump, dicen muchos funcionarios latinoamericanos. Y las encuestas los respaldan.

La imagen de EE.UU. en todo el mundo ha caído desde que empezó el gobierno de Trump, según una encuesta separada del Pew Research Center.

En América Latina, la cruzada de Trump para construir un muro fronterizo, sus absurdas afirmaciones de que la mayoría de los indocumentados mexicanos son “criminales” y “violadores”, y su afirmación de que varias naciones latinoamericanas son “países de m...” han dañado gravemente la imagen de EE.UU.

Además, la retirada de Trump del acuerdo comercial de Asociación Transpacífico y su declarada intención de reducir la ayuda externa a Centroamérica han hecho que muchos ahora vean a EE.UU. como una potencia arrogante y un mal vecino.

Mientras tanto, China gana terreno haciendo poco ruido y mostrando interés en la región.

Casi todas las críticas del gobierno de EE.UU. a China son válidas, así como las denuncias de Trump contra los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Pero si Trump quiere revertir la tendencia de la creciente popularidad de China en América Latina, debería dejar de lado su arrogancia y prepotencia. Debería comenzar a construir una agenda positiva, en lugar de seguir machacando con sus diatribas contra la inmigración, el libre comercio y la ayuda externa.

–Glosado y editado–
© El Nuevo Herald. Distribuido por Tribune Content Agency, LLC