(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Claudia Cooper

“La se parece cada vez más a uno de esos trenes obsoletos, lentos y pesados que, si te pones delante, te mata, pero si te paras al costado no es capaz ni de recogerte”. Alguna vez oí esta frase, la cual explica bien las razones por las que, ante el desarrollo de la informalidad (imparable desde el colapso del Estado en los años ochenta), no supimos adaptar el modelo tributario hacia uno que tenga la sagacidad para enfrentarla.

Hoy tenemos una hoja de ruta hacia el gigantesco objetivo de conseguir adaptar las instituciones a la realidad económica del Perú. Dicho plan, que es una combinación de reforma legal, de gestión y de procesos, fue concebido, y viene siendo implementado, de manera coordinada entre las instituciones relevantes: el MEF, la Sunat, la SBS y el Congreso.

Un enfoque de gestión moderna se basa en la medición de los resultados de los esfuerzos realizados y no en la intensidad de estos. Así, la fiscalización debe medirse en cuanto a la recaudación generada por cada acto realizado y no respecto a la carga fiscalizadora, la cual por sí misma no tiene validez. Por el contrario, puede ser negativa al introducir costos a las empresas y restarle competitividad a la economía.

En este propósito, hoy la Sunat viene focalizándose hacia un mayor rendimiento fiscalizador a través de mayores y más rápidos cruces de información. También a través del reforzamiento de sus equipos con especialistas sectoriales dirigidos a reducir la asimetría de capacidades entre la Sunat y las empresas más sofisticadas, evitando la dilatación o pérdida de los pagos en instancias superiores como el Tribunal Fiscal, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional.

El nuevo marco de fiscalidad internacional introducido en la delegación de facultades del 2016 (intercambio de información, régimen voluntario de rentas no declaradas y las medidas antielusivas en el Impuesto a la Renta) complementa las acciones de gestión mencionadas. Además, la aprobación reciente de la ley que obliga a la bancarización en la compra de vehículos, inmuebles y acciones, así como aquella que habilita la supervisión de las cooperativas, son una clara muestra del liderazgo y acompañamiento de la SBS en el propósito de formalizar un sector que hoy está fuera del sistema económico formal.

Quedan pendientes la habilitación del uso interno del secreto bancario, la declaración del beneficiario final y la norma antielusiva para dotar a la administración tributaria de las herramientas necesarias a fin de enfrentar a contribuyentes que distan mucho de estar entre aquellos cuyo bajo flujo de ingresos les impide acceder a la formalidad.

Para estos últimos se requiere un nuevo modelo tributario. Hoy para las mypes existe una compleja e inaccesible telaraña de regímenes que genera costos de cumplimiento e incentiva a su vez el arbitraje entre los mismos, donde el uso masivo y abusivo de los regímenes RUS, RER y de personas naturales da paso a la atomización empresarial y al mercado negro de facturas (así, el 83% de los contribuyentes declara rentas menores a S/100.000 anuales, el 98% se declara micro y pequeña empresa y un 66% de las mypes se declara como personas naturales con negocio).

Hoy iniciamos la discusión hacia el consenso que nos aleje de este sistema tributario complejo y concentrado en pequeñas unidades productivas y nos lleve hacia un sistema único y progresivo. La introducción de tramos en el Impuesto a la Renta (Mype Tributario) y la habilitación de deducir costos para las personas naturales son un avance hacia la convergencia de regímenes.

La digitalización es un complemento clave en el objetivo de formalizar. Y es que la automatización de procesos facilita la gestión empresarial (impulsa el ‘factoring’ electrónico y reduce el costo de cumplimiento tributario) a la vez que hace más eficiente la fiscalización.

Finalmente, es importante recordar que la normativa es complemento para una moderna gestión tributaria y no un fin en sí misma y que la inconveniente interpretación del rol legislativo llevó ya al fracaso de innumerables intentos de reforma tributaria.