¿Se inició el proceso electoral?, por Raúl Ferrero
¿Se inició el proceso electoral?, por Raúl Ferrero
Redacción EC

El ya comienza a calentar motores, dado que en abril del próximo año acudiremos a las urnas y nos tocará votar en la primera vuelta de las elecciones generales para elegir tanto al presidente de la República como a los integrantes del Congreso.

Sin embargo, la actitud de la ciudadanía se torna un tanto escéptica al aproximarse los comicios y, más que pensar en cuál podrá ser la mejor opción dentro de las ofertas que se espera presenten las fuerzas políticas, se pregunta principalmente sobre cuál será la menos perjudicial para los intereses del país.

La expectativa general es un tanto pesimista ante la aguda crisis de los partidos políticos y lo anticipado que resultaría definir posiciones cuando el panorama todavía aparece confuso.

Los partidos siguen desarticulados y no se conocen sus propuestas programáticas para enfrentar los problemas candentes del país, a pesar de que las perspectivas económicas han mejorado para este año, sin embargo continúan siendo inciertas en momentos en que las vacas gordas de los altos precios de nuestras materias primas (‘commodities’) no tienen perspectivas de mejorar ni en el corto ni en el mediano plazo.

El partido de gobierno ha ido perdiendo peso a la vez que sus filas parlamentarias han disminuido, y todo hace pensar que con los problemas nacionales por delante, más las dificultades que afronta con los severos cuestionamientos que le hace la oposición y que deberá esclarecer, le será complicado recuperar terreno y podría ocurrirle, como le sucedió a los últimos gobiernos anteriores, que quede atrapado por la agitación social y el ruido político dejándolo mal posicionado ante el proceso del próximo año, aunque esto podría variar con la reciente incorporación de a la carrera electoral.

Hasta la fecha las opciones presidenciales que más destacan las encuestas parecen responder a una misma tendencia ideológica o en todo caso expresan puntos de vista bastante similares, lo que permite pensar que todavía existe suficiente espacio para otras candidaturas con posiciones distintas a las de centro y centro derecha existentes.

Si bien en el espectro actual ya comienzan a aparecer otras opciones, en el año que queda es seguro que surgirán otras nuevas que se asemejen al concepto del ‘outsider’. No se debe descartar que alguno emerja con las banderas del antisistema, tal como ocurrió en el 2006 y el 2011.

Es posible que cualquiera de los candidatos más voceados pronto comience  a girar más hacia el centro izquierda para desmarcarse de los otros y así buscar representar a la vez a un buen sector del electorado que hasta el momento no se siente necesariamente identificado con las posibilidades existentes, como se aprecia principalmente  en las redes sociales.

Todo hace suponer que pronto destacarán nuevos actores que irán apareciendo con posiciones más diferenciadas de las actualmente más notorias que buscarán representar a sectores que por el momento parecen disgregados y así lograr amalgamar nuevos planteamientos que puedan hacerle seria competencia a los precandidatos que ya parecen estar en carrera.

No se descarta que los jóvenes que estuvieron detrás de la derogatoria de la denominada ‘’ impulsen una alternativa electoral, aprovechando su habilidad  para el uso de las redes sociales, como lo han hecho los “indignados” españoles al ser artífices del partido Podemos, así como el que algunos sectores de la izquierda puedan unir fuerzas para presentar propuestas electorales propias.

Hasta el momento, lo cierto es que las opciones políticas más difundidas, excepto la de Urresti,  se parecen mucho unas a otras.