Cambio de estrategia. Las facciones de Fuerza Popular son notorias y esta semana cada grupo decidió cambiar de táctica en la disputa por el liderazgo.
Cambio de estrategia. Las facciones de Fuerza Popular son notorias y esta semana cada grupo decidió cambiar de táctica en la disputa por el liderazgo.
Fernando Cáceres Freyre

Hay razones suficientes para creer que entre los objetivos de Fuerza Popular (FP) no está la gobernabilidad. Pero esta agrupación sería suicida si no se hubiera propuesto ganar la mayor cantidad de posiciones en las elecciones municipales y regionales de este año. Un análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) puede aportar claridad sobre qué factores –internos y externos– pueden influir en el éxito o fracaso de este objetivo en el 2018.  

La principal fortaleza de FP son los 61 votos que mantiene en el Congreso. Un elevado número que, si bien ya no es suficiente para censurar, denegar facultades legislativas, aprobar la Ley del Presupuesto, etc., tiene mayor valor por la creciente fragmentación de algunas fuerzas políticas. La otra fortaleza es ser el único partido de alcance nacional. Además, incluso tras el indulto a Alberto Fujimori, sus bases vienen demostrando lealtad a Keiko.  

Es cierto, sin embargo, que nadie gana elecciones solo “oponiéndose”. FP necesita pasar de su modo obstruccionista a un modo propositivo para poder competir posiciones con la izquierda. No la de Verónika Mendoza ni la de Marco Arana, sino aquella que es capaz de movilizar docentes, paperos y antimineros para jaquear al sistema democrático y económico, y que en las elecciones aparecerá bajo el MAS de Gregorio Santos u otros movimientos regionales.  

La oportunidad es trazar un discurso institucional que se distancie de esa izquierda radical, a la vez que del ‘gobierno lobbista, derechista y corrupto’. El Caso Lava Jato y la oposición a cómo se dio el indulto pueden ayudar a FP a ganar un posicionamiento institucionalista/anticorrupción, siempre que este partido no esté comprometido con Odebrecht y compañía.  

En cuanto a las debilidades, la principal es que el partido podría seguir fragmentándose. Si Kenji Fujimori termina cuajando un nuevo movimiento político, este podría trazar un norte claro a otros congresistas para que dejen FP. Y el actual 12% de intención de voto que muestra el menor de los Fujimori en la última encuesta de Ipsos podría terminar por superar al 20% de Keiko. El estilo cerrado de liderazgo de Keiko Fujimori, en el que solo un grupo de personas tiene acceso a las altas esferas del poder, es caldo de cultivo para que otros que se sienten desplazados terminen animándose a pasar a las filas de Kenji. Además, otra gran debilidad es el sistema actual de reclutamiento y selección de candidatos, pues si no logran atraer cuadros más preparados y sin anticuchos, llegarán debilitados al 2021.  

La principal amenaza de FP es la calle. Pero no la del indulto, sino la que usa la izquierda radical para incendiar la pradera a punta de paros y huelgas. De hecho, el último fin de semana los docentes que impulsaron la huelga magisterial del año pasado se reunieron con los paperos, azucareros y Apafas para definir un paro nacional preventivo para el 5 de abril. La fecha es ideal para crear una narrativa y aglutinar fuerzas, tras lo cual se buscaría la reanudación de la huelga nacional indefinida de los maestros (que solo quedó “suspendida”).  

¿Es la vacancia de PPK una oportunidad o una amenaza para FP? A menos que existan nuevos descubrimientos que hagan que la opinión pública la perciba como una manera de hacer justicia, vacar a PPK para que entre Vizcarra debilitaría a FP frente a la izquierda. En medio de una población harta de la inestabilidad política, FP podrá ser fácilmente culpada –por la izquierda radical, Julio Guzmán, etc.– de obstruccionista y desestabilizadora, y hasta equipararse al gobierno de “derecha”. Frente a lo cual, el mensaje más fácil de comprar será: “que se vayan todos”, “queremos un cambio y una nueva Constitución” y “abajo la derecha neoliberal”.  

En otras palabras, a menos que Becerril y Salaverry estén promoviendo la vacancia para crear fuegos artificiales, bien haría FP en revisar su matriz FODA 2018.