(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Alfredo Torres

El presidente Martín Vizcarra empieza su gestión con 57% de aprobación y 13% de desaprobación, según la encuesta de El Comercio-Ipsos que se publica hoy. No muy lejos del 61% de aprobación y 16% de desaprobación que tuvo Pedro Pablo Kuczynski al inicio de su mandato. Como se recordará, el apoyo popular a PPK empezó a declinar pronto y a los seis meses su aprobación había caído a 43% y su desaprobación subido a 45%. La luna de miel se había terminado. Es posible que esta etapa de tregua no sea mayor para Vizcarra. Ojalá sepa aprovecharla para tomar medidas audaces y trascendentes.

Cuando la popularidad del presidente es elevada, suele también jalar hacia arriba a otras autoridades e instituciones, aunque en distinta proporción. En el caso del Congreso, su aprobación sube de 14% a 25%, y su desaprobación cae de 77% a 65%. Las de hoy son cifras similares a las que tenía hace cuatro meses, al inicio de la crisis, pero lejanas de la aprobación que registraba al inicio de sus funciones en el 2016. Es decir, la distensión política que trajo la renuncia de PPK ha tenido un impacto favorable pero limitado en la imagen del Congreso.

La renuncia de Kuczynski ha sido bien recibida por el 73% de la ciudadanía. En cambio, el 24% está en desacuerdo, un porcentaje similar al que votó por él en la primera vuelta del 2016. Quienes aprueban su renuncia lo hacen por diversas razones. El 36% considera que mintió, ya que habría brindado servicios a Odebrecht cuando fue ministro de Alejandro Toledo y lo negó; 31% cree que es corrupto y el otro 30% la justifica por otras razones de orden político.

Pero el ex presidente no es el único que queda mal parado luego de la crisis política que lo llevó a su renuncia. Los hermanos Keiko y Kenji Fujimori han sufrido también un grave deterioro de su imagen. En el caso de la presidenta de Fuerza Popular, su aprobación ha caído a 19%, cifra similar a la última registrada por PPK y muy lejos del 39% de aprobación que tenía ella en noviembre, antes de decidir impulsar la vacancia del ex presidente. No están descaminados quienes sostienen que la salida de PPK del gobierno podría calificarse de victoria pírrica para Fuerza Popular. El costo les está resultando sumamente alto.

Más grave, por supuesto, es el caso de Kenji Fujimori, cuya aprobación cayó abruptamente de 27% en marzo a 15% en abril, luego de la divulgación de los ‘mamanivideos’. Además, la mayor parte de la población informada sobre los videos en que fue grabado intentando persuadir a otros congresistas para votar en contra de la vacancia sostiene que cometió actos ilegales y que debe ser desaforado del Congreso. En lo que la opinión pública sí coincide con Kenji es en la percepción de que los videos habrían sido manipulados.

El deterioro de la imagen de los Fujimori se ve con más claridad en la encuesta de intención de voto. En diciembre, Keiko Fujimori lideraba cómodamente las preferencias con 27% y a Kenji lo apoyaba el 7% del electorado. En enero, luego del indulto a Alberto Fujimori, el apoyo de Keiko cayó a 20% y el de Kenji subió a 12%. Ahora, luego de los ‘mamanivideos’, Keiko cae a 15% y Kenji a 5%. Es decir, hasta diciembre el fujimorismo sumaba 34%, no lejos de lo que obtuvo Fuerza Popular en la primera vuelta del 2016. Ahora suma 20%. Según la encuesta, lo que pierde el fujimorismo se reparte entre los demás posibles candidatos. No resulta posible por el momento identificar a un claro ganador.

Entre tanto, el nuevo Gabinete no ha sido mal recibido por la opinión pública. El 48% lo aprueba, aunque la mayoría lo considera desconocido y de perfil bajo. A pesar de las críticas recibidas sobre las inclinaciones políticas de algunos de sus integrantes hacia uno u otro lado, la mayoría lo califica de equilibrado y confía en que hará un mejor gobierno que el anterior.

Quizá los dos resultados más reveladores de la encuesta son los que presentan las actitudes que la ciudadanía espera del Congreso y del presidente. Para el 84%, el Congreso debe ser más conciliador y dialogante con el gobierno. La ciudadanía está cansada de las críticas constantes, una actitud percibida como obstruccionista. En cambio, cuando se pregunta por la actitud que debe tener el presidente Vizcarra con relación a la oposición, el 57% le pide actuar con más energía y firmeza. En su caso, la opción de buscar el diálogo es respaldada por el 42%. Es decir, la mayor parte de la gente no quiere ver a un presidente débil, sino a uno que tome decisiones. Se trate de apoyar una gran inversión minera o una reforma legislativa, la ciudadanía espera que no se amilane frente a las críticas, que esté a la altura del desafío.

*El autor es presidente ejecutivo de Ipsos Perú.