Ministro Valakivi debe renunciar, por Federico Salazar
Ministro Valakivi debe renunciar, por Federico Salazar
Federico Salazar

El ministro de Defensa, Jakke Valakivi, debe renunciar. Ha fallado clamorosamente al dirigir la acción gubernamental de defensa. En lugar de eso, ha decidido denunciar a los periodistas que han revelado la deficiencia de su trabajo.

Rosana Cueva y Karina Novoa, del programa “Panorama” de Panamericana Televisión, publicaron un reportaje sobre el manejo de los fondos de inteligencia en el Vraem. Publicaron información que pone en evidencia que se usaron fondos de inteligencia para aprovechamiento ilícito.

El informe fue cuidadoso y profesional. Lo fue al punto que el presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, solicitó a contraloría mayor información sobre la denuncia. La respuesta de Valakivi fue, más bien, denunciar a los periodistas.

El ministro de Defensa sostiene que ha hecho la denuncia penal por “revelación de secretos nacionales”. Él dice que se ha cometido un delito y que “no acortamos la libertad de prensa cuando cumplimos la ley”.

El artículo 330 del Código Penal no penaliza a quien revela documentos que tengan un sello de “secreto”. Establece sanción para el que revela “secretos que el interés de la República exige guardarlos”. “Panorama” muestra que hay un fraudulento manejo de fondos de inteligencia. 

La información periodística no revela estrategias, lugares de próxima intervención militar o nombres de infiltrados en las fuerzas subversivas. El documento mostrado de “secreto” solo tiene el sello. 

La revelación se refiere al informe de rendición de gastos de setiembre del 2015. Se sustenta en el documento. Valakivi se aferra a este detalle para insistir en su acusación penal: mostraron, dice, un documento secreto.

El señor Valakivi está equivocado. Secreto no es impunidad para el delito. Lo que revela el informe periodístico es que se usó el nombre de personas que no recibieron pagos como informantes. También revela gastos en restaurantes y restobares a donde supuestamente se llevó a decenas de informantes el mismo día.

El reportaje de “Panorama” pone en evidencia que se finge dar cuenta de supuestas rondas que, al parecer, no se efectuaron. Se hizo uso del “copy and paste” en textos que se refieren al día 5, 6, etc. Como si todos los días se hubieran realizado rondas con las mismas características en lugares distintos.

En el informe se entrevista al general del Ejército César Astudillo, entonces jefe del Comando Especial Vraem. Él firmó esa rendición de gastos. Lo hizo con ceguera y negligencia. 

Ante las objeciones de Karina Novoa, siempre contestó “habrá que investigar”, como si su autoridad militar no lo hubiera obligado en su momento a ver si los gastos se sostenían, aunque fuera por sentido común.

El general Astudillo está ahora a cargo de la Inspectoría General del Ejército. O sea, ahora tendría que investigarse a sí mismo. Y ahora, además, aplicará su gran celo y tremenda perspicacia a investigar todos los malos manejos en el Ejército del Perú.

El ministro de Defensa es el responsable político. No puede esconderse tras una denuncia contra periodistas que han hecho bien su trabajo. Más bien debería tomar en cuenta esa información para purgar los mandos que lucraron con el “secreto militar” y lo usaron para beneficio personal.

Cada minuto que pasa, el ministro de Defensa reafirma su responsabilidad. En este caso hubo fraude y negligencia. El ministro, los denuncia y sanciona ¿o los apaña y protege?

Usar fondos de inteligencia (¡en el Vraem!) para el fraude no es un “secreto que el interés de la República exija guardar”. Es un secreto que los delincuentes quisieran guardar.

Felizmente para el país hay periodistas, como Rosana Cueva y su equipo, que no dejan pasar a los delincuentes. Y lo hacen, además, estrictamente dentro de la ley. 

El ministro Valakivi quiere torcer esa ley. Más bien, debe renunciar.