Mirar al toro, por Aldo Mariátegui
Mirar al toro, por Aldo Mariátegui
Redacción EC

En Estados Unidos se solía decir que la combinación China-Walmart había sido clave para un fuerte crecimiento del consumo precrisis 2008 por un gigantesco productor barato que entregaba sus bienes a los hogares yanquis a través de un inmenso distribuidor barato. 

Sobresimplificando así como en esta hipótesis, en el Perú podríamos decir que las dos bases para la fuerte expansión económica fueron el dúo China-Camisea, un mix de comprador de materias primas peruanas a altos precios más una fuente de energía barata. Todo esto acompañado de un dólar que anduvo subvaluado (lo que le dio mayor poder de compra al consumidor peruano en importaciones, junto a tasas bajas de interés en verdes para nuestros empresarios) y una racha de años agrícolas de buen clima.

El reto futuro es si esto es sostenible: el dólar y sus tasas de interés parecen encaminarse –aunque lentamente– al alza, lo que podría pescar desprevenidas a varias grandes empresas locales: “Gestión” publicó un cuadrito (8/5/14, página 24) en el cual la agencia Moody’s mostraba a varias firmas grandes peruanas con riesgo de fondeo alto por deudas elevadas en dólares: la deuda externa privada peruana (o sea, de las empresas) ya asciende a US$7.600 millones. 
 
Una devaluación o una subida abrupta de intereses en dólares las harían bailar, aunque no se avizora eso (siempre que no reviente un país emergente relevante, como los complicados Turquía o Brasil) y más bien aún muchas RIN (reservas internacionales netas) y margen para refinanciar con comodidad con las tasas de interés actuales en el mundo. 

La otra inquietud es que nuestra meteorología parece que no será tan benigna con esta amenaza del . En cuanto a China, esta sigue creciendo pero ya no tan fuerte, sus costes ya no son baratos, tiene un sector financiero informal de números raros y están por pasar de un esquema netamente exportador a uno de consumo interno, algo no tan fácil de hacer. 
 
Sobre la energía, seguimos sin acabar de ampliar el ducto de Camisea a Lima, sin nuevos descubrimientos por una parálisis en la explotación y ad portas de convocar a una loca construcción de un gasoducto al sur sin mercado local asegurado (a menos que la intención oculta sea venderle a Chile) y sin reservas fijas para justificar ese ducto, lo que puede provocar que tengamos otra vez una megaobra faraónica sin sentido, como lo fue el costoso oleoducto a la selva que construyó Velasco (un factor que no he mencionado es la confianza de los inversionistas, que aún sigue lenta gracias a esa bobada de intentar comprar la refinería La Pampilla). El toro no está bravo, pero hay que mirarlo.
 
PD: Sigo protestando porque se haya excluido a los escritores Jaime Bayly, Víctor Andrés Ponce y Beto Ortiz de la delegación peruana a la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2014 por “argolla”, esnobismo y veto político.