(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Enzo Defilippi

El viernes pasado, el MEF publicó el Marco Macroeconómico Multianual 2018-2021 (MMM), un documento super-importante para la credibilidad del manejo de la economía peruana, que contiene el sustento de la política económica del país y las proyecciones oficiales de ingresos y gastos del Estado. Como sabemos, la transparencia es la mejor amiga de la credibilidad.

Según el MMM, la economía peruana crecería 2,8% este año y 4% hasta el 2021. Si bien estas cifras pueden resultar un poco altas, creo que este MMM constituye una mejora sustancial con respecto al publicado hace un año y a su actualización publicada en abril, documentos que contenían proyecciones absurdamente optimistas que más que credibilidad generaban dudas sobre la seriedad con la que se está conduciendo la política económica peruana.

De acuerdo con este documento, el MEF espera que la recuperación empiece con el incremento de la inversión pública en los siguientes meses. Es que, como señalé en una columna anterior, esta cayó tan estrepitosamente hace un año que el efecto estadístico de cualquier normalización arrojará altas tasas de crecimiento. Ello, sumado al gasto adicional por la reconstrucción y los Juegos Panamericanos, entusiasmaría a los inversionistas y generaría un círculo virtuoso crecimiento-inversión-crecimiento del 2018 en adelante.

¿Se materializará este plan? Espero, por el bien del país, que sí. Pero tengo mis dudas. Es que más allá de las recurrencias estadísticas y los indicadores adelantados que sustentan las proyecciones del MMM, el elemento clave para que se produzca inversión es la confianza , y esta más bien escasea en estos días. Basta ojear los diarios para comprobar el daño que puede causar a las expectativas la impericia política del Gobierno y la actitud ‘dime-qué-propones-para-criticarlo’ de la oposición.

Por otro lado, tan importante como lo que el MMM dice es lo que no dice. Y no dice, por ejemplo, que para que se cumplan los sustanciales aumentos proyectados en la recaudación de algunos impuestos como el selectivo al consumo (ISC), que aumentaría 19% en el 2018, será necesario incrementar las tasas o gravar nuevos productos. Tampoco lo dice directamente, pero el texto sugiere que se está pensando elevar el Impuesto Predial. Si bien creo que tiene sentido reformar ambos impuestos (las tasas del predial son ridículamente bajas y no queda completamente claro el porqué de los productos y tasas del ISC), es necesario que las medidas se anuncien cuanto antes para no darle a los lobbies oportunidad de organizarse.

Pero el problema más grave que, en mi opinión, revela este MMM, es que nos estamos quedando sin balas. Si la inversión no se reanima pronto, las proyecciones de recaudación, desde ya difíciles de creer, serán imposibles de alcanzar. Y si ello ocurre, no quedará más que reducir severamente el gasto del Gobierno (empezando por la inversión pública, ya que el gasto corriente es poco flexible) o endeudarnos más allá de lo razonable (lo que aumentaría el riesgo y el costo de invertir en nuestro país).

Si bien no sería el fin del mundo, cualquiera de estas opciones limitaría severamente nuestra capacidad para seguir reduciendo la pobreza, crear empleo de calidad y mejorar nuestro nivel de vida. Y ese es un Perú muy diferente al que queremos tener.