Tras la firma del acuerdo, los procuradores Silvana Carrión y Jorge Ramírez participaron en una conferencia de prensa junto a los fiscales del equipo especial Rafael Vela y José Domingo Pérez. (Foto: Procuraduría)
Tras la firma del acuerdo, los procuradores Silvana Carrión y Jorge Ramírez participaron en una conferencia de prensa junto a los fiscales del equipo especial Rafael Vela y José Domingo Pérez. (Foto: Procuraduría)
Fernando Rospigliosi

Como era de esperarse, la coalición vizcarrista ha intentado hacer creer que se están consiguiendo grandes avances en los interrogatorios a los ex funcionarios de en Brasil para justificar la firma de un acuerdo que varios críticos consideran lesivo para el país y excesivamente generoso con la empresa.

En realidad, hasta ahora no hay prácticamente nada nuevo. Ya se conocía, por declaraciones de , que las empresas consorciadas con Odebrecht –las más grandes constructoras peruanas– habían pagado un 30% de las coimas a funcionarios públicos. También que esa empresa había sufragado la conferencia de Alan García en Sao Paulo a través de un estudio de abogados. Que el ahora prófugo ex gobernador del Callao, Félix Moreno, había recibido una millonaria coima por la Costa Verde. Y que Horacio Cánepa, fungiendo de árbitro, había recibido sobornos para favorecer a Odebrecht.

La única novedad es que la coima por la Interoceánica Sur habría sido de US$45 millones y no US$20 millones, como había declarado Barata, aunque el ex funcionario que afirma eso dice que no hay ninguna contradicción con lo anterior.

No es cierto tampoco lo que sostuvo el lenguaraz fiscal José Domingo Pérez, quien afirmó que ahora ya se tenía entrada al sistema de correos encriptados de la empresa. El fiscal brasileño Orlando Martello ha sostenido que es difícil que el Perú pueda tener acceso a la información registrada en los softwares My Web Day y Drousys. En todo caso, se verá más adelante, pero es falso lo que sostuvo Pérez con la obvia intención de justificar las bondades del cuestionado acuerdo con Odebrecht.

Habrá que esperar nuevos interrogatorios en los próximos días y en las siguientes semanas para ver si realmente se revelan algunos de los actos ilícitos de Odebrecht en el Perú que todavía no se conocen, o si se aportan evidencias sólidas que permitan sancionar judicialmente a los sospechosos. Pero hasta el momento de escribir estas líneas, no hay novedades significativas.

Entretanto, han pasado a un segundo plano las relaciones del presidente con las empresas del llamado ‘club de la construcción’, tanto en la campaña electoral del 2016 como en su desempeño como ministro de Transportes y presidente de la República, así como cuando era gobernador de Moquegua o en sus actividades empresariales privadas. No obstante, es probable que esos vínculos sean observados e investigados más temprano que tarde.

Otrosí digo: El sábado pasado Gustavo Gorriti publicó en IDL-Reporteros un artículo donde intenta desacreditar a varios de los críticos del acuerdo con Odebrecht y del desempeño de los fiscales que llevan el Caso Lava Jato. En mi caso, parece estar rabioso porque se ha sentido aludido por alguna información publicada en esta columna, y en su intento por ensuciarme menciona una propuesta de una empresa especializada en análisis de conflictos sociales –de la que yo era consultor– que envié a Kuntur-Odebrecht en enero del 2009, y que no fue aceptada. Gorriti miente deliberadamente cuando sostiene que no sabe si el trabajo se realizó o no. Conoce que no se hizo, porque su asistenta lo consultó con el gerente de esa empresa. Y, lo más importante, lo sabe porque quien le ha proporcionado, con toda probabilidad, esos datos es algún funcionario o ex funcionario de Odebrecht, empresa con la que parece tener ahora excelentes relaciones y que lo abastece de información útil para sus intereses.

En efecto, a Gorriti le han entregado el correo electrónico enviado hace más de una década con los detalles de la propuesta que él publica. Y además le han proporcionado los nombres de otros profesionales y periodistas que sí tuvieron contratos con Odebrecht en épocas más recientes, con particularidades de fechas y montos. Dicha información solo pueden habérsela suministrado funcionarios o ex funcionarios de Odebrecht. Tampoco es casualidad que los casos que publica Gorriti sean los de aquellos que hoy critican el acuerdo de la fiscalía, el gobierno y Odebrecht, omitiendo el de periodistas y profesionales que han mantenido relaciones de trabajo con la empresa brasileña pero que hoy guardan silencio o respaldan el convenio.

Como dije en mi blog Huevos de Esturión (), “quedan pocas dudas [de] que Gorriti está ahora estrechamente vinculado a funcionarios y ex funcionarios de Odebrecht, que lo abastecen de municiones para atacar a los críticos del acuerdo que ellos defienden con denuedo. La alianza de Odebrecht con Gorriti/IDL-R y los fiscales del caso está funcionando”. (“”).