"Todos dicen que conseguirán vacunas, pero ninguno tiene idea de cómo hacerlo".
"Todos dicen que conseguirán vacunas, pero ninguno tiene idea de cómo hacerlo".
Federico Salazar

Estas generales son ciegas. Los candidatos han expuesto sus ideas sobre qué hacer. Ninguno ha dicho cómo lo va a hacer.

La crisis que se va a enfrentar, especialmente desde el 28 de julio, no tiene nada que ver con la situación que los imaginan.

Para julio, la nos habrá rebasado. No hay señales para creer que la segunda ola se contenga o revierta en corto plazo.

Las elecciones del domingo, durante y después de la votación, aumentarán los contagios. La llamada fatiga pandémica, las campañas del día de la madre y del padre, y las fiestas patrias agregarán lo suyo.

Las camas de hospitales, los médicos y el personal sanitario no aumentará al mismo ritmo. Tampoco la provisión de oxígeno medicinal.

Los candidatos creen que van a enfrentar la situación de hoy. Prometen canastas de alimentos o subsidios mensuales. Anuncian programas de trabajo temporal y créditos, con garantías y gracias, para la pequeña y a la microempresa.

Para cuando el ganador de las elecciones asuma el poder, se encontrará con las arcas fiscales casi vacías, un mayor nivel de endeudamiento, una caída en los ingresos tributarios y una crisis humanitaria en número de enfermos graves en casas y hospitales, y en número de fallecidos.

Hasta ahora hay más de 140 mil fallecidos por COVID-19, según Sinadef. Para el 28 de julio, lamentable y probablemente, habremos superado largamente los 200 mil.

Los candidatos hablan de construir plantas de oxígeno, pero no de financiación, proveedores o plazos de instalación. Hay quien cree que hay plantas industriales que el gobierno puede tomar y transformar.

Todos dicen que conseguirán vacunas, pero ninguno tiene idea de cómo hacerlo. No señalan los cuellos de botella y los procedimientos que hay que corregir. No saben.

Ningún candidato ha revelado cómo reformar la administración pública. Las plantas de oxígeno de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) son un ejemplo.

La UNI propuso ensamblar plantas. Necesitaba dinero. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) transfirió más de 11 millones de dólares, ¡y no pasó nada!

El MEF transfirió a una cuenta de “bienes de capital”. La universidad sostiene que no pudo disponer del dinero para pagar “servicios”. La plata quedó congelada varios meses.

El caso ilustra el problema de toda la administración pública. El Estado está trabado. Sucede incluso en plena crisis pandémica.

No hay eficiencia en el gasto público. No hay responsabilidad ni liderazgo. Hay peloteo, negligencia, burocracia, corrupción.

Esto es lo que hay que cambiar en el detalle. ¿Hemos oído a algún candidato indicar cómo agilizar los trámites y romper estos cuellos de botella?

En enero, el presidente Sagasti anunció la firma de dos contratos para adquirir dos millones de dosis adicionales de Sinopharm. Llegarían entre febrero y marzo. No han llegado y no hay noticia de los contratos y los embarques.

El presidente Sagasti nos debe una explicación. Y debe decir qué hará para combatir la segunda ola de aquí al 28 de julio.

Los candidatos, por su lado, deben decir qué esperan enfrentar después del 28 de julio. Mientras sigan hablando generalidades, los electores no sabremos qué hará, realmente, el presidente elegido.

Estamos a ciegas. Los candidatos no despiertan. Creen que están en un período cualquiera.