(Foto Archivo El Comercio)
(Foto Archivo El Comercio)

Gobern el Per hasta diciembre de 1939 el general scar R. Benavides. Haba sido elegido por el Congreso tras la muerte de Snchez Cerro y logr mantenerse en el poder anulando las elecciones de 1936.

El 19 de febrero de 1939, su ministro de Gobierno y hombre de confianza, el general Antonio Rodrguez, hizo algo inesperado que la historia escrita nunca supo explicar: depuso a Benavides y tom por la fuerza el Palacio.

Ocurri que meses antes, Atala y Cenzano, participantes en la rebelin de Huancavelica de 1934 y, por lo tanto, clandestinos, se encontraron fortuitamente en Lima.

Atala se enter con asombro de que Cenzano, bajo otro nombre, se ganaba la vida como vidente y que entre sus clientes habituales se encontraba el ministro de Gobierno.

Buscaron contactos, pidieron instrucciones y poco tiempo despus, Rodrguez escuchaba en la mesa adivinatoria la voz de don Jos de San Martn que le ordenaba deponer a Benavides y convocar elecciones libres.

Rodrguez cumpli las instrucciones de San Martn, pero lamentablemente este no le haba avisado desde el ms all que al revistar la tropa en Palacio, un pelotn de la guardia presidencial lo ametrallara desde la azotea.

En otro lado de Lima, Atala, Cenzano y veinte hombres armados, listos para marchar a la Casa de Gobierno, tuvieron que mantenerse en la clandestinidad hasta 1945.

Algunos pensaron que Benavides se haba salvado por haber cancelado la bsqueda del tesoro de Catalina Huanca que, segn los supersticiosos, haba causado la muerte de Snchez Cerro.

Son estos algunos casos de adivinacin en la poltica.

Huscar agonizante vio un cometa y el anuncio de seres barbudos que traeran el caos. Aos despus, en Cajamarca, Atahualpa prisionero se abalanz sobre uno de los seores indgenas y lo hizo amarrar.

Era el sumo sacerdote de Pachacmac, que haba vaticinado una fcil victoria sobre los extranjeros, lo que explicara la ensoberbecida confianza con la que el inca les permiti llegar.

Hay, en la vida republicana, casos similares, especialmente en los gobiernos de facto, pues tales creencias parecen ajenas a quienes tienen legitimidad y la certidumbre de una fecha para el final de su mandato.

Durante su estancia como joven oficial en el Cusco, Snchez Cerro frecuentaba las lecturas de coca y con sus augurios, al jugar el rocambor en el Club Cusco, anticipaba a los socios asombrados: Juega el Sr. presidente.

Y al cerrar el siglo era un secreto a voces la presencia de Fujimori en las Huaringas, lagunas que se dicen milagrosas y en cuyas riberas operan los videntes, as como la presencia en Palacio de una cartomante; y despus de l, misas negras y pagos a la tierra.

No somos un caso aislado. En otros pases ha ocurrido, incluso con mas fuerza. El Brujo Lpez Rega determinaba las decisiones de Pern, entonces acompaado por el cuerpo de Eva, al punto que, convencido l mismo, al morir su lder intent resucitarlo.

Y es que el poder, de antiguo, fue entendido como un portal de conexin con fuerzas extraterrenas y nada raro tena que estas anunciaran el destino por medio de signos, como el guila de Alejandro Magno.

Julio Csar ignor la advertencia del ciego: Cudate de los idus de Marzo y tambin el sueo de su esposa Calpurnia, y en ese da sealado fue asesinado.